El anteproyecto de Ley de Estructuras Agrarias, presentado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, contempla crear la figura del suelo infrautilizado y, en casos extremos, la obligación de cederlo a terceros para su uso real. Según ha detallado el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes, esta medida tiene como objetivo evitar problemas medioambientales o fitosanitarios, además de corregir el exceso de suelo abandonado. A su juicio, este proyecto sentará las bases del cambio del esqueleto de la producción agraria de la Comunidad Valenciana, y tratará de revertir la excesiva fragmentación de la propiedad a través del fomento de la gestión común y la sostenibilidad. La Genealitat admite que la causa principal del abandono del suelo es la falta de rentabilidad y contempla incentivos fiscales para facilitar la movilidad de la propiedad de la tierra, tanto para su transmisión como el arriendo. En los últimos 20 años en la Comunidad Valenciana se han abandonado 140.000 hectáreas.

También prevé la creación de redes o bancos de tierra que serán gestionados por ayuntamientos o entidades vinculadas al sector agrario, con las funciones de supervisión, registro e inventariado del suelo disponible, para conectar oferta y demanda y dar prioridad a mujeres, jóvenes y profesionales. A pesar de la crisis, el sector agrario representa el 16% del PIB, el 14 % del empleo y el 24 % de las exportaciones, y hasta los años 70 del pasado siglo las exportaciones agrícolas de de la Comunidad Valenciana supusieron el 25 % de la entrada de divisas en España, de modo que es un «sector fundamental para el renacimiento de la Comunidad Valenciana», según subraya el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

La renta agraria ha bajado un 35% desde 2011 y la edad media de los agricultores ha subido de 48 a 64 años desde 1995, según el presidente Puig, quien aboga por una distribución de la población en el territorio más equilibrada, para evitar los «desiertos» en muchas comarcas.

Por su parte, la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, asegura que la futura ley tiene como fin más amplio la recuperación de la agricultura para que se constituya en una actividad capaz de ofrecer alternativas de vida dignas, refuerce las señas valencianas de identidad y combine la innovación con la recuperación de la sabiduría tradicional. «Se trata de un sector estratégico de la economía que aporta valor al paisaje», por eso «queremos agilizar las mejoras estructurales que repercutan sobre la productividad y la rentabilidad», ha agregado.

El Consell pretende que la ley sea innovadora, porque propone nuevas formas de gestionar la tierra y el trabajo en las explotaciones, con nuevas medidas, incentivos y gobernanza; pero también es una ley que construye sobre nuestras fortalezas, sobre aquello que el sector ha sabido hacer bien a lo largo de décadas: cuidar de la tierra y desde lo pequeño sacar grandes resultados.

La norma incluirá medidas para la gestión agraria sostenible, el impulso de la figura de la Iniciativa de Gestión en Común y la constitución de la Xarxa de Terres También contempla la creación de una Mapa Agronómico y de la figura del Agente Dinamizador y exenciones en los impuestos de Donaciones y Sucesiones y de Transmisiones Patrimoniales