El reciente viaje del Papa Francisco a Suecia ha tenido una importancia grande en el campo del Ecumenismo. Se ha pasado del conflicto teológico-eclesial, que llevaba varios siglos de duración, a la comunión, que ha empezado a imponerse. Es una pena que este contacto tan importante entre católicos y luteranos no haya tenido la resonancia merecida en los medios de comunicación, que tanta importancia tienen con el comportamiento humano. El Papa Francisco lo ha señalado: «La unidad de los cristianos es una prioridad, porque reconocemos que entre nosotros es mucho más lo que une que lo que separa». El Papa visitó a la familia real de Suecia y con ella se trasladó a la Catedral para orar juntos, pidiendo a Dios el restablecimiento de la comunión de los cristianos, luteranos y católicos. En la Catedral les estaban esperando los principales luteranos y católicos del país. El Papa Francisco, insistió: «Debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón. Solamente Dios es el juez». En resumen, el encuentro religioso entre católicos y luteranos ha dejado un camino abierto para pasar del conflicto a la comunión. En el texto final del encuentro ha quedado escrito: «Exhortamos a todas las comunidades y parroquias luteranos y católicas, a que sean valientes, creativas y alegres, y que tengan esperanza en su compromiso, para continuar el gran itinerario que tenemos entre nosotros. En vez de los conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre todos nosotros, que guiará a la cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad». Así lo dice el documento oficial. Es verdad que aún quedan temas pendientes, pero con la amistad es posible sanar las heridas del pasado. El Papa y el presidente de la Federación Luterana Mundial han firmado una declaración conjunta de la Catedral de Suecia.