Existe un lugar en el centro de Alicante, un restaurante regentado por cubanos, donde se reúnen a diario disidentes y españoles para viajar a través de los sabores y la música a La Habana. Hace unos minutos, a la hora de comer, en la "Ceíba" muchos cubanos han brindado para dar el último adiós a Fidel Castro. Para ellos no es un día triste, al revés, «porque esperan que ahora exista un futuro mejor para el pueblo cubano, sin Fidel Castro».

Mª Caridad, la dueña del restaurante, salió de Cuba hace 20 años, buscando un futuro mejor para ella y sus hijos, y aquí lo ha encontrado. Ella habla desde el corazón, «hoy para mí no es un día triste, la tristeza me invade cuando me acuerdo de tantas y tantas madres, de tantas y tantas familias que han perdido a sus hijos ahogados en una balsa, intentando escapar de la Revolución. Además, los que estamos fuera de nuestro país no lo estamos por gusto, tuvimos que salir de allí».

Lázaro, el hijo de Mª Caridad, llegó a España cinco años después que su madre. Él asegura que no hay que alegrarse del fallecimiento de nadie, pero celebra un futuro para los cubanos sin el Comandante. Él recuerda la dificultad de sus últimos años en la isla, cuando era un adolescente, «vives con un pie en casa y el otro en la cárcel, porque para sobrevivir hay que hacer cosas ilegales. En Cuba se trafica en el mercado negro con todo, con comida, con tabaco, con ropa. Falta cubrir todas las necesidades básicas, pero sobre todo, lo que falta es libertad»