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«Debo tres recibos de electricidad y ya me han dado varios avisos»

«Debo tres recibos de electricidad y ya me han dado varios avisos»

Hilario Urbano vino a España con su mujer y su hija hace 12 años y hasta que estalló la crisis les fue muy bien. Ahora malviven gracias a la ayuda de una ONG.

Hilario Urbano Marte despliega sobre la mesa del salón de su piso, un cuarto sin ascensor en el barrio de Carolinas, las notificaciones de la compañía de electricidad avisándole de que debe tres recibos. «Me temo que un día de estos nos van a cortar la luz y tendremos que vivir con velas», señala, mientras cuenta que «no puedo hacer otra cosa porque no tengo dinero ni trabajo. No hay nada, y mi mujer tampoco tiene trabajo».

Hilario, de 52 años, vino desde Senegal a España hace 12 años con su mujer y su hija. «Cuando vine todo iba muy bien, no faltaba el trabajo sobre todo en la construcción, pero desde hace unos años que no encuentro nada». Al preguntarle de qué vive si no tiene ingresos regulares responde que «de hacer algunas chapucillas» y de la ayuda, sobre todo de comida, que la familia recibe de la ONG Plaes Asistencial que no le llega para hacer frente a los gastos mínimos de funcionamiento de la vivienda. De hecho, confiesa que debe parte del alquiler.«Estoy intentando vender el móvil para pagar el alquiler», dice. Lo peor de esta situación es, a su juicio, la falta de perspectivas de que esto cambie. «No hay trabajo y, aunque dicen que se está superando la crisis, no es verdad, al menos para muchos como yo que no encontramos nada». Por ello se plantea marcharse a Canadá. «Me gustaría porque allí tengo un familiar y sí hay trabajo, pero estoy esperando a ver cómo le va a mi hija de 17 años que está estudiando aquí en el instituto y no quiero sacarla ahora si le va bien».

Aunque no deja de sonreír mientras responde a las preguntas de este diario, Hilario confiesa sentirse desesperanzado. «El único capricho que me permito es jugar de vez en cuando una partida al dominó en la asociación para pasar el rato y no volverme loco. Y dando gracias a que me ayudan, si no, no podríamos ni comer».

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