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Oscuridad en el horizonte

La difícil experiencia diaria de los alicantinos que siguen sin poder hacer frente a los gastos más perentorios

Pese a que las grandes cifras apuntan a que España está saliendo de la crisis, el día a día de miles de personas demuestra lo contrario. La muerte esta semana de una mujer de 81 años en Reus por un incendio causado por las velas que utilizaba al no tener luz en su casa, ha vuelto a poner en evidencia un problema que lejos de solucionarse, sigue estando ahí: el de la pobreza, incluida la pobreza energética.

Miles de familias viven sin apenas medios para comer y, por supuesto, mucho menos para pagar la luz, el agua o el alquiler. De hecho, si no fuera por las ayudas de ayuntamientos, Generalitat y entidades como Cruz Roja, Cáritas, Banco de Alimentos y organizaciones solidarias, la situación sería todavía más dramática. Los trabajadores sociales conocen bien el problema «Hay ayudas pero son limitadas. Ni los servicios sociales ni las ONG cubren todas las necesidades», ha señalado Mariluz Cantó, trabajadora social de Cruz Roja de Alicante, quien considera que la recesión económica no ha mejorado. «El trabajo es muy precario«, señala, para añadir que «hay gente con tres nóminas que solo gana 400 euros al mes y con eso no se vive».

Enganches

La trabajadora social considera que los enganches ilegales a la luz por parte de muchas familias disfraza el problema de la pobreza energética pero, aún así, «nos hemos encontrado con casos en los que una familia está meses sin luz pero se va a casa de amigos o recurre a la familia». Mariluz Cantó señala que, para paliar este problema ahora que se acerca el frío, «el Estado debería negociar con las empresas eléctricas para que no se corte la luz a nadie en invierno y ampliar plazos de pago». A su juicio también debería compensarse de alguna manera a las personas sin recursos que realizan trabajo de voluntariado aunque lo fundamental es la creación de empleo. «Nos encontramos con muchos casos críticos de gente que estaba en la construcción que fue el sector más golpeado por la crisis. De alguna manera habría que reconvertir a esta gente, sobre todo a muchos ya de cierta edad que se han quedado estancados».

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