«El aula de convivencia es de expulsados en realidad, para quitarse de enmedio al alumno, cuando son ellos mismos los que provocan que se les eche para no estar en clase». El secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, tiró ayer por tierra el método de las aulas de covivencia que implantó el PP en los institutos para corregir la conducta de los alumnos indisciplinados. «Hay que revisarlo -dijo-, y saber que existen otro medios que están dando resultado y que cada vez usan más centros, como enviar al alumno a cursos superiores durante un tiempo».

El responsable de Educación huye de posicionarse por un método concreto para luchar contra el acoso escolar, más bien apuesta por dar visibilidad a cuantas experiencias demuestren que funcionan para que otros las pongan en prática, amén de que desde la conselleria «se intervenga desde el mismo momento en que se nos comunique cualquier caso».

Soler puso ayer sobre la mesa la postura de la conselleria frente al acoso escolar con motivo de las jornadas organizadas por el Síndic de Greuges en el Día Internacional de la Infancia, ante un público mayoritariamente docente que abarrotó el Aula de Cultura de la Fundación Mediterráneo.

Medidas

Soler admitió que no siempre se tienen las medidas necesarias para atajar el acoso, pero que tampoco debe centrase el foco en los centros escolares porque «educar en la convivencia es una tarea de toda la sociedad». Y puso el acento en el volumen cada vez mayor de tipologías de acoso a través de las redes sociales y las nuevas tecnologías, así como en la necesidad de ofrecer al alumnado currículos del siglo XXI y no pasados, algo que aseguró se está trabajando en la nueva Ley de la Educación Valenciana.

También valoró el éxito, incluso académico, del sistema de la tutoría entre iguales contra el acoso, que se aplica en uno de cada cinco centros de Alicante, un centenar entre los 700 de toda España, la provincia con mayor implantación.

Como explicó el fundador de este método, el psicólogo González Bellido, en dos años se consigue que el 100% de los alumnos participen como tutorizados y como tutores, los niños de quinto ayudan a los de tercero y en Secundaria, los de tercero a los de primero, lo que tranquiliza e implica a las familias, además de que se incide en la formación de los profesores, y el conflicto disminuye en un 60%.

El Instituto La Foia d'Elx explicó su experiencia: tras cinco años ha pasado de entre 12 y 15 expedientes al año a ninguno, y los partes ya no son por conductas inadecuadas sino amonestaciones para incentivar a los alumnos.