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El Consell gastó ocho millones en una tubería que no se ha usado en nueve años

La Generalitat conectó la depuradora de Rincón de León con el Campo de Elche sin ampliar el sistema terciario, con lo que no se ha trasvasado ni gota

La planta depuradora de Rincón de León ha sido clave para llevar agua de regadío a una parte de las explotaciones del Medio Vinalopó. isabel RaMÓN

La Generalitat mantiene parado desde 2007, año en el que finalizaron las obras de la tubería, un proyecto en el que ya se gastó 8 millones de euros para llevar agua depurada de la planta alicantina de Rincón de León hasta el Campo de Elche, que se repartiría después por las canalizaciones de la comunidad de Riegos de Levante. El caso es que la tubería se construyó pero al final no ha servido para llevar ni una sola gota de agua, debido a que no se amplió la capacidad de desalación (sistema terciario) de la macroplanta de Agua Amarga con una unidad que desalara el caudal (sistema terciario), actuación básica para que el agua pueda reutilizarse en el riego agrícola como sucede con caudal de la planta en municipios del Medio Vinalopó.

Casi diez años después, y el plena sequía el proyecto sigue en barbecho mientras que, según los expertos, la provincia dilapida todos los años 70 hm3 de agua residual por no tener infraestructuras para su correcto tratamiento ni para el transporte posterior.

Precisamente, la falta de agua para riego ha obligado a ampliar ahora de urgencia la capacidad de desalación de la macroplanta de Torrevieja con la previsión de alcanzar este año una producción 80 hm3 al año (actualmente unos treinta) para poder así completar el suministro de agua que necesita el sector agrícola y que ahora mismo no garantiza el Tajo-Segura. Pese a que el caudal será subvencionado y se pagará entre 0,30 y 0,40 euros el metro cúbico, seguirá siendo casi cuatro veces más cara que la del trasvase, por lo que los costes de producción se van a duplicar, y la hora de riego pasará a 100 euros.

La depuradora de Rincón de León recoge las aguas de gran parte de la ciudad de Alicante y l´Alacantí. La ampliación consistió en la instalación de un nuevo bastidor para albergar las membranas que tratan un caudal de 33.740 m3 diarios de agua residual -12 hm3 al año-. La incorporación del sistema terciario en la depuración -desalación- en las plantas de Rincón de León, Torrevieja y Benidorm han convertido, paradójicamente, a Alicante en una de las provincias españolas que mejor gestiona y aprovecha sus aguas residuales al contar con 72 hm3 al año que se reutiliza al cien por cien en la agricultura sin ningún temor sanitario, pero aún así queda mucho por hacer.

Las competencias sobre depuración y reutilización de las aguas residuales se reparten entre el Consell, que debe construir las infraestructuras y el Ministerio de Medio Ambiente, que se encarga de conceder las concesiones y, por lo tanto, de concienciar a colectivos como los agricultores de la necesidad de aprovechar este recurso, limitado por el hecho de que las grandes masas de agua residual se localizan en la costa y las explotaciones agrarias están en el interior, lo que genera gastos para elevar las aguas.

La provincia fue pionera en la reutilización de sus aguas residuales cuando a finales de los años 70 José Ramón García Antón y Francisco Santiago, ingenieros del Ayuntamiento de Benidorm, convencieron a la Comunidad de Regantes del Canal Bajo del Algar para que cediera parte de las aguas del sistema Algar-Guadalest para el consumo urbano de Benidorm, Villajoyosa y Alfaz del Pí. A cambio, los agricultores reciben caudales depurados de la planta benidormí que riegan 2.400 hectáreas de cítricos y nísperos de gran valor.

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