El Hospital de Sant Joan sigue poniendo los cimientos para convertirse en un hospital cien por cien respetuoso con la lactancia. A la reciente inauguración de una nueva sala de lactancia en la planta de hospitalización, se acaba de incorporar un nuevo protocolo, por el que todos los recién nacidos se marchan a casa del hospital citados ya con el pediatra para que entre los 7 y 10 primeros días de vida valore cómo esta yendo la lactancia. Además, en el centro sanitario ya se está empezando ha practicar el «piel con piel» entre las madres y los niños que han nacido a través de una cesárea, siempre que el estado de salud de los dos lo permita.

Estas y otras novedades se pusieron ayer de manifiesto en la II Jornada de Lactancia Materna, organizadas por el Departamento del Hospital de Sant Joan. En este encuentro se dieron a conocer los avances de este departamento para alcanzar la acreditación IHAN, «Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia», impulsada por la OMS y UNICEF. Una distinción «para la protección, promoción y apoyo de la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento y hasta los seis primeros meses de vida», sostiene la pediatra Concha Castaño, presidenta de la Comisión de Lactancia y jefa de Sección de Neonatología de Sant Joan.

Pero ¿por qué en ocasiones la lactancia resulta tan complicada si a fin de cuentas es un proceso natural? «La sociedad que hemos creado lo ha convertido en algo complejo», señala Montse Angulo, matrona del centro sanitario. La lactancia a demanda «implica una disponibilidad total, algo a lo que no estamos acostumbrados, ya que en nuestra vida diaria todo lo tenemos medido y pautado». Además, las cifras de natalidad van a la baja, «lo que hace que no tengamos modelos y referentes a nuestro alrededor que resuelvan todas nuestras dudas». Tampoco, a juicio de Montse Angulo, ha existido unanimidad entre los profesionales que atienden a la mujer y al recién nacido acerca de los beneficios de dar el pecho. Y por último, la potente industria de las leches de fórmula, que a juicio de los profesionales también ha tenido mucho que ver. «En los años 80 fue la cultura del biberón y todos estábamos convencidos de que era lo mejor, hasta que con el paso de los años se ha visto lo equivocados que estábamos», apunta Concha Castaño.

Durante la jornada de ayer también se resolvieron algunas dudas sobre los problemas más comunes en los primeros días de lactancia. El dolor y las grietas en el pecho, las ingurgitaciones (hinchazón de las mamas por aumento de la vascularización y acumulación de leche), las obstrucciones y los diferentes tipos de pezones que pueden dificultar el agarre del bebé, como el pezón invertido, son dificultades que tienen un tratamiento. En este sentido, como recordó María Teresa Hernández, enfermera de Ginecología del Hospital de Sant Joan, «la mayoría de mujeres en esta situación pueden amamantar, por lo que va a ser vital la ayuda de los profesionales para que las madres puedan confiar en su capacidad para alimentar a sus hijos».