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Fomento bloquea desde hace 10 años el proyecto para llevar el tren hasta el aeropuerto

La terminal alcanza este año el doble de viajeros de lo que determina una directriz de Bruselas para contar con ferrocarril. El aeropuerto de Alicante-Elche es uno de los que más crece este año en Europa

El aeropuerto superó esta semana el pasajero 11 millones en un año. isabel Ramón

La celebración esta semana de la World Travel Market de Londres, para la Costa Blanca un certamen turístico tan importante o más que Fitur por el peso que tiene el turismo británico, ha servido para volver a poner de actualidad las carencias que tiene la principal puerta de salida y entrada del turismo en la provincia. Hoy domingo, en pleno mes de noviembre y ya en temporada baja, por la terminal vuelven a pasar miles de pasajeros, cientos de ellos británicos, que vienen o se van de un destino fabricado expresamente para ellos pero que sigue fallando algo esencial, las infraestructuras y, entre ellas, la desconexión del aeropuerto con el resto de la provincia, tanto por la congestión de los accesos viario como por la falta de un enlace ferroviario potente como, por ejemplo tiene el aeropuerto londinense de Gatwick, ubicado a 45 kilómetros del centro de la City pero a solo 30 minutos de viaje en un tren cómodo que parte de la misma terminal.

Cierto que por Gatwick pasan al año cerca de 35 millones de pasajeros, pero no es menos cierto que el aeropuerto provincial no desmerece en nada en instalaciones y prestaciones a las del británico y, además. es uno de los que más crece en Europa por el «boom» del turismo extranjero y esta misma semana ha superado los 11 millones de pasajeros en un año, cinco más que los Bruselas considera clave para que un aeropuerto cuente con conexión ferroviaria.

Y todo cuando el 4 de mayo de 2017 el aeródromo celebrará los 50 años de su apertura. Aquel 4 de mayo de 1967 que fuera clave para captar el turismo extranjero, entonces testimonial porque como recuerda el empresario y piloto José María Caballé, uno de los pioneros del Benidorm turístico, hasta entonces los escasos turistas llegaban a la provincia vía aérea desde Valencia, y de allí hasta Alicante por carreteras de los años 60. Para imaginarlas. En 1970 se rozó el millón de pasajeros y el aeropuerto comenzó su despegue. Treinta años después, en el año 2000, alcanzó los seis millones, cifra a partir de la cual la Unión Europea insta a que los aeropuertos tengan conexión ferroviaria. Este año, Aena espera cerrar con 12 millones de pasajeros y en seis meses cumplirá 50 años. Trabajo tiene el nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para acabar con una de las grandes asignaturas pendientes de la provincia. Solo le hace falta acercarse a la estación de Torrellano y ver cómo el cercanías Alicante-Murcia pasa a menos de mil metros de la terminal que sigue con el hueco para una estación desde 2011.

«Lo que está pasando en el aeropuerto es ridículo. Cómo podemos consentir que un turista pague 90 euros por un billete de avión para llegar desde Londres y luego tenga que desembolsar otros 70 euros para coger el taxi que le traslade a Benidorm», subraya el hotelero José María Caballé, que como otros empresarios ha tenido que sumar a sus costes de producción los viajes (transfers) aeropuerto-hotel, dado que la Administración no hace los deberes.

El Ministerio de Fomento gastó más de 600 millones de euros en 2010 para, prácticamente, construir un nuevo aeropuerto y 12.000 millones de euros en conectar Alicante y Valencia con el AVE, pero fue incapaz de estirar completar la inversión con los doce kilómetros que separan la estación-término del aeropuerto. Error grave, no ya solo por la condición de puerta de entrada y salida de millones de turistas, sino también porque en la terminal trabajan cerca de seis mil personas que deben utilizar el poco eficiente transporte público o el coche particular para acceder a las instalaciones.

El aeropuerto de Alicante-Elche es uno de los que más crece este año en Europa gracias al «boom» turístico que vive España, y lleva 16 años esperando que el Ministerio de Fomento cumpla con una de las directrices europeas en materia de movilidad, la conexión de la terminal con el resto de la provincia con el ferrocarril cuando ésta supere un tráfico de seis millones de viajeros, algo que se alcanzó en diciembre de 2000. Desde entonces se han sucedido los anuncios, presupuestos y proyectos que nunca han terminado de cuajar pese a ser una infraestructura estratégica para la economía de la provincia. El caso es que el aeropuerto tiene construida desde su última remodelación en 2011 la estación pero nunca se ha conectado con Alicante y Elche, tal como se anunció, y eso que el cercanías Murcia-Alicante pasa a menos de un kilómetro (Torrellano).

A la precariedad ferroviaria se une el que siga sin activarse el proyecto para remodelar la N-338, que permite el acceso de los vehículos al aeropuerto desde la autovía y la N-332 costera. Fomento, que tiene aprobado el proyecto por 30 millones de euros solo destina cien mil este año, que ni se han ejecutado. Algo en lo que la terminal bate récords negativos, porque es la única de todo el Mediterráneo turístico, incluidos los países del norte de África que carece de «sección de autovía completa para comunicarse con su entorno», según recuerda Armando Ortuño, autor del estudio realizado por Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca) sobre el impacto del aeropuerto en el su territorio.

En cuanto al enlace ferroviario, el Ministerio de Fomento dejó sin fecha el proyecto para conectar la ciudad de Alicante y el aeropuerto con una línea ferroviaria, cuyo proyecto ha pasado ser uno de los damnificados por los recortes presupuestarios para cumplir los objetivos del déficit. La actuación, asignatura pendiente en materia de infraestructuras prácticamente desde que inauguró la terminal, tiene un presupuesto de 40 millones de euros, y ya empezó a retrasarse en la última etapa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La variante ferroviaria de Torrellano consistía en la construcción de una plataforma en doble vía electrificada en ancho internacional para conectar las estaciones del ferrocarril de Alicante y Elche con el aeropuerto, donde habría una terminal para lanzaderas ferroviarias. Esta infraestructura se ubicaba debajo del aparcamiento público, en el que Aena y tendría acceso directo con la terminal de pasajeros. El proyecto básico se quedó a falta de concretar los detalles de la licitación. Nunca se ha vuelto a saber nada e, incluso, en el anterior equipo directivo de la ministra Ana Pastor se llegó hasta a bromear con la reivindicación alicantina del enlace ferroviario con el aeropuerto. Girona, aeródromo low cost ha planteado ahora enlazarse con el AVE con Madrid.

El profesor Armando Ortuño, gran conocedor de la realidad de las infraestructuras de transporte en la provincia, sostiene que la falta de la conexión penaliza no sólo a Alicante, sino al conjunto de la provincia por cuanto si tuviera tren quedaría enlazado todo el sur y el Vinalopó. Además, sería el primer paso para que, tanto el «Tren de la Costa», hoy también aparcado, como el acceso a Torrevieja cuyos estudios se están iniciando, pudieran estar también conectados con el aeropuerto. Los beneficios de enlazar el aeropuerto con Torrellano y Alicante rápidamente se extenderían a todo el territorio dada la red ferroviaria existente y prevista. Según los estudios que maneja el Instituto de Estudios Económicos de la Provincia, los datos demuestran que como no se solucionen los accesos varios al aeropuerto serán muchos los días en que quedarán colapsados los accesos a lo largo del año.

La única forma de poder dar una respuesta eficiente a las aglomeraciones puntuales de personas es a través de modos de transporte masivos, es decir, el ferrocarril, recuerda Ortuño, experto en urbanismo y transporte, y profesor del a Universidad de Alicante.

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