Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las tecnologías ponen el aula patas arriba

Especialistas de todo el mundo en la enseñanza analizan en Alicante las consecuencias del uso de las redes para aprender

Las tecnologías ponen el aula patas arriba

A la vista de lo que avanzan los máximos especialistas sobre la enseñanza en un mundo cada vez más digitalizado, el sistema educativo va a dar un vuelco en los próximos años. El ritmo lo marcarán los propios docentes, pero en función de la presión que ejerza la sociedad globalmente, y los padres de alumnos más concretamente, a partir de su demanda por el mejor de los aprendizajes para sus hijos.

El empleo de las tecnologías empieza a generalizarse, pero no los cambios metodológicos que exige su uso en la enseñanza. Este es el siguiente paso, como explica Francisco Martínez, presidente de Edutec, la Asociación para el desarrollo de las nuevas tecnologías en la educación: «Una pizarra ahora es digital y en lugar de tiza blanca se usan colorines, pero se coloca en el mismo sitio y los alumnos miran como antes». El cambio radica que el alumno sea el centro de la formación.

Las ponencias de medio millar de especialistas, entre los 1.100 inscritos en el XIX Congreso que acoge estos días la UA en la Facultad de Educación y en su sede de La Nucía, apuntan al nuevo panorama hacia el que se dirige la escuela a marchas forzadas y que implica «cambiar el centro del proceso de la enseñanza, que en estos momentos es el profesor porque decide lo que se enseña y cuándo, y trasladarlo al alumno, último responsable de su acercamiento al conocimiento», resume Martínez.

Los investigadores prefieren que los políticos y la administración en general se queden al margen, porque cualquier normativa «constriñe». Solicitan, mejor, que se «deje hacer a los docentes para favorecer los cambios». Y de esta forma las tecnologías permitirán seguir una clase al mismo tiempo en la Universidad de Alicante, la de Stanford y la de La Laguna.

Nuevos maestros

Para hacerlo posible también será necesario que se favorezca una formación docente «no meramente técnica», como subraya Julio Cabero, catedrático de la Universidad de Sevilla. Deberá ser capaz de dirigir al alumno para aprovechar su creatividad y evaluar la información que procede de las nuevas tecnologías, y no tanto del docente.

«Capacidad y adaptación» son claves para no limitarse a «entrar en 'san Google' y hacer un trabajo con las dos primeras páginas», como ironiza Cabero.

El analfabetismo que viene procederá, precisamente, de la mayor o menor competencia en transmitir información y de usar la tecnología en nuevos entornos.

Llegados a este punto, Martínez traslada experiencias exitosas que ya se han llevado a cabo con alumnos de Infantil, los más pequeños. «Han pintado cuadros conjuntamente con compañeros de otros países -como si de un Erasmus se tratara, pero sin moverse del aula-. Ver los dibujos de niños de fuera les aporta otra visión del mundo», destaca. También se introduce la realidad aumentada que favorece información adicional a modo de video clips del propio docente. El sistema es el mismo que se emplea con el código QR para los móviles y que completa y profundiza en el aprendizaje. Todo un nuevo mundo para la enseñanza.

Compartir el artículo

stats