La visita a la rotativa de Localprint, donde se imprime cada día información, arrancó puntual tras la llegada de los últimos invitados.

Guiados por el gerente de la empresa, Javier Fernández, la comitiva de autoridades inició la visita en el almacén de bobinas de papel, donde el responsable técnico explicó que los monumentales rollos de papel reciclado que había a sus espaldas formaban parte fundamental del proceso de impresión continua de la rotativa que permite una alta velocidad de impresión sin paradas.

Tras conocer la primera fase del proceso, preimpresión, donde se elaboran las planchas de cada página del periódico -donde Javier Moll mostró a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, el gran detalle gráfico que alcanzan estas láminas de aluminio- se continuó la visita por el interior de la nave hasta la fase de rotativa, donde se produce la impresión del ejemplar. Oltra fue una de las alumnas más «aventajadas» de la visita, ya que la consellera mostró gran interés en el proceso y estuvo atenta a cada una de las explicaciones.

El olor a papel y a tinta evocó viejos tiempos para los visitantes que han ejercido con anterioridad como periodistas, como es el caso de Ximo Puig y Asunción Valdés, mientras que a otros les llamaba la atención la gran precisión técnica del proceso.

En la fase de impresión, ya con los primeros ejemplares recibiendo la tinta de los enormes cilindros, el presidente de la EUIPO, António Campinos, destacó la limpieza de las instalaciones de Localprint. «Esperaba encontrar tinta y desorden y lo que veo se parece más a un hospital». Más atrás, el rector de la UA, Manuel Palomar, celebraba junto a otros visitantes el aprovechamiento tecnológico de la nave donde una plantilla pequeña de operarios y técnicos controla eficazmente una maquinaria que ocupa 32.000 metros cuadrados. «El nivel de robotización de la rotativa es espectacular, y permite que el trabajo humano se centre en el control de calidad», apuntó el rector e ingeniero de formación.

La magia de la rotativa se pudo ver en todo su esplendor al iluminarse el enorme espacio donde se produce la fase de expedición de los ejemplares, un espacio en el que los visitantes pudieron comprobar dónde se extendían los cientos de metros de vías por donde circulan las diferentes cabeceras que imprime Localprint, cuyos editores y competidores en el mercado de los contenidos aunan esfuerzos en la trastienda para gastos comunes como impresión y distribución. «Es un buen ejemplo de economía colaborativa», comentaron en petit comité, en referencia a la Conselleria que dirige Rafael Climent, también presente en la visita.

Al final de la planta de expedición, la comitiva llegó al escenario, donde acto seguido dio comienzo el acto inaugural de la gala.