Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Instituto de Neurociencias investigará el comportamiento

El centro incorpora a cinco jóvenes científicos españoles, en su mayor parte procedentes del extranjero, para que pongan en marcha sus propios laboratorios y estrategias de trabajo

El Instituto de Neurociencias investigará el comportamiento

El Instituto de Neurociencias, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, acaba de reclutar a cinco jóvenes científicos para abrir nuevos laboratorios y líneas de investigación. Parte de estas líneas irán dirigidas, «a entender las bases celulares del comportamiento», señala Juan Lerma, investigador y exdirector del centro. Un área de trabajo hasta ahora poco explotada en el instituto y que es fundamental, a juicio de Lerma, «para entender cómo se genera la conducta y entendernos a nosotros mismos». Otra línea de investigación que se quiere potenciar con la incorporación de los nuevos científicos es la de la biología molecular de la enfermedad, algo en lo que el centro tiene amplia experiencia. Además de estos cinco jóvenes investigadores, en los próximos meses el Instituto de Neurociencias incorporará 10 investigadores más «en la mayor ampliación de personal desde 2004», señala Lerma.

Alex Gómez es uno de los jóvenes investigadores que acaban de incorporarse al Instituto de Neurociencias procedente de Lisboa. Físico teórico de formación y con 35 años, el objetivo de su fichaje es que ponga en marcha su propio laboratorio orientado al análisis cuantitativo del comportamiento animal. «La neurociencia se ha dado cuenta de que para entender el cerebro hay que entender el comportamiento», señala Gómez. Sobre modelos animales, como la mosca, el ratón o la larva, Gómez trata de ver si determinados comportamientos se repiten en distintas especies y también en el ser humano.

También en el estudio del comportamiento está especializada Cristina Márquez, en su caso en conocer «cómo las interacciones sociales afectan al cerebro y ver cómo éste actúa en distintos contextos sociales». Márquez tiene 40 años y ha estado desarrollando su carrera profesional en Lisboa y Suiza. Un ejemplo del tipo de investigaciones que desarrolla es ver cómo las ratas, cuando no tienen nada que perder o ganar, son capaces de ayudar a otras ratas a conseguir comida.

De Estocolmo ha llegado Ramón Reig para abrir su propio laboratorio. «Me han reclutado por la experiencia que tengo en estimular, a través de distintas técnicas de electrofisiología y octogenética, zonas del cerebro con luz y activar distintos grupos de neuronas y células de manera específica. Esto permite estudiar el comportamiento de estas poblaciones específicas de neuronas».

Hacia el entendimiento de cómo enferma el cerebro se orientan las investigaciones de José López, quien también se acaba de incorporar al instituto como líder de grupo para estudiar «los procesos que gobiernan la inflamación crónica del cerebro, presente en muchas patologías como la depresión mayor o el alzhéimer». «Se piensa que esta inflamación es capaz de inducir el deterioro cognitivo pero no sabemos los procesos que la gobiernan». A través del análisis del genoma López y su equipo tratarán de identificar «nuevas estrategias terapéuticas para modular estos procesos inflamatorios».

Por último, Berta López va a iniciar su propia línea de investigación centrada en melanoma dentro del laboratorio de Ángela Nieto. Concretamente se va a centrar «en los mecanismos que inciden en la plasticidad, ya que las células de este tipo de cáncer se adaptan rápidamente, lo que las hace resistentes a las terapias y muy metastásicas».

Compartir el artículo

stats