Vallas para separar la plataforma del tranvía de los peatones en el Bulevar del Pla, más semáforos y repintado de las bandas y señales en el asfalto para recordar, por ejemplo, a los vehículos que no se puede parar en zonas por donde pasa el tranvía, por mucho que el semáforo esté en rojo. Estas son algunas de medidas que se van a poner en marcha en la red TRAM de Alicante para acabar con los accidentes, leves de momento, que se vienen registrando prácticamente desde la inauguración de las líneas. Primero se apuntó que era cuestión de que los ciudadanos se adaptaran pero van pasando los años y siguen produciéndose, de ahí que Ayuntamiento y FGV se hayan sentado para solucionarlo.
Un conductor del TRAM y un peatón resultaron heridos leves en sendos accidentes ocurridos en Alicante a la misma hora, las 15.15 horas del pasado 6 de octubre. Este fue el penúltimo incidente del tranvía en el Bulevar del Pla, y quizá la gota que colmó el vaso de la «paciencia» de la Concejalía de Movilidad y Ferrocarriles de la Generalitat, la empresa gestora del TRAM de Alicante, que se han puestos manos a la obra para tratar de acabar con la inseguridad vial que ha provocado el tranvía y, sobre todo, la Línea 2, que concentra, tres años después de su inauguración, el 90% de los incidentes.
Una exitosa red tranviaria pero con sombras como la falta de urbanidad de los ciudadanos, la falta de una señalización eficiente o, por ejemplo, que los semáforos no funcionen siempre como deben, como sucedió el domingo pasado a la altura de la glorieta Paqui Veza, junto a la avenida de la Goleta. En el paso de cebra coincidió que el semáforo estaba en verde para los pasajeros y para el tranvía. Eran las nueve y veinte de la mañana y la pericia de la maquinista evitó males mayores. A la misma hora cruzaba la calle, legalmente, un abuelo cargado con el pan del día.
