El sábado volvemos a cambiar la hora, ¿cree que influye en algo?
Como usuario del huso horario puedo decir que las personas que teóricamente saben de esto dicen que altera las pautas de sueño, y parece evidente, pero fuera de eso la hora no deja de ser una convención social, un acuerdo en el que decidimos que nuestra hora es tal. Es verdad que el meridiano de Greenwich pasa por Formentera del Segura, pero no estamos en el meridiano del Reino Unido, sino en la hora continental.
¿Y desde una vertiente económica?
Hay que recordar que los cambios horarios nacieron en los años 70 con la crisis del petróleo, como una medida de ahorro porque la energía se convierte en un problema. Nace como forma de resolver ese consumo energético. Por otra parte, vivimos en un país en el que la conciliación familiar es complicada. Trabajamos mañana y tarde, y, más allá de cómo nos altere el sueño y lo normalicemos, al final quiero pensar que en las empresas que trabajan mañana y tarde, el impacto del cambio de hora cuando más altere globalmente será media hora. No sé hasta qué punto media hora cambia la forma de vida. Cuando en marzo o abril la volvamos a cambiar saldrá el mismo discurso, pero al contrario. Personalmente entiendo que es una convención y que cuando se ha analizado el porqué del cambio, se ha tratado de que aprovechemos la luz solar lo máximo posible.
Baleares se quiere plantar.
Si ahora decidimos que se tiene que quedar la hora como está, debería ser para todo el año. No quiero pensar que en España haya dos husos horarios, el debate debe ser finalmente si tener un determinado huso horario todo el año. Puedo entender que Estados Unidos tenga cinco husos horarios, pero España no me parece que dé para tanto. Sobre t0do porque luego hay que hacer transacciones comerciales en el mismo país, y si en un sitio cerramos a las seis de la tarde y en otro son las siete, no se podrán hacer muchas operaciones. En cuestión de la hora pienso en términos de mercado de la Unión Europea, que se mueve básicamente en horario continental. Nosotros compartimos hora con Alemania, donde se hace de día una hora y media antes que aquí.
¿Eso le va bien a la empresa?
Que compartamos un horario facilita el comercio, las transacciones. Obviamente, cuando los alemanes van a trabajar es más de noche que aquí, y cuando se van a casa la luz solar será diferente. Nosotros tenemos más horas de luz en el último tramo del día que ellos. Pero es un acuerdo, como no deja de serlo el del tiempo, una forma de acordar si medimos de la misma manera el paso del tiempo. Sin duda tiene otras cosas, como que al pasar del horario de verano al de invierno en la cuestión de dormir, a mí me viene fenomenal, y peor al pasar del de invierno al verano, porque el cuerpo se acostumbra a unas pautas. Pero dudo mucho de que con los problemas que tenemos en el día a día, el cambio de hora sea un problema de calado.
¿Cree que seguimos con la pauta del ahorro?
Quiero pensar que sí. La alternativa sería que lo hacemos por costumbre. Aunque el origen fue por un consumo energético, no es menos cierto que ahora los sistemas de producción son más eficientes energéticamente que en los 70. Desde entonces hemos tenido soluciones para el uso de la energía mucho mas eficientes que en aquel momento, en que el consumo era más intensivo. Pero es que además entre la zona más occidental y Baleares habrá entre 40 minutos y una hora de sol, sea cual sea el huso horario, y si nos quedamos en uno u otro siempre habrá la misma diferencia. Con tantos problemas que tenemos de organización interna en Europa, no pongamos uno más, como que los alemanes tengan un huso horario distinto al nuestro, estando a 2.000 kilómetros de aquí, mucho más lejos que Baleares.
¿No se aprovecha más la luz?
Si el sol se pone más tarde lo que aprovecho es una hora más de terraza, pero el problema hay que verlo en su conjunto y quiero pensar que los visitantes de fuera de España vienen porque por el día hay sol, que buscan la luz promovida por el sol. El coste eléctrico seguramente se habrá valorado, y dependiendo de que hagas una u otra cosa habrá no menos de media hora de consumo extra de energía eléctrica. Hace cuarenta años, con sistemas más ineficientes, el coste sería muy importante, pero ahora que son más eficientes y el coste será menor, lo que no quiere decir que no se puedan tomar medidas tendentes a no desperdiciar ni energía, ni nada. Al final, la cuestión es que no se puede tener todo. Tomar una decisión implica cosas buenas y malas, y hay que buscar un equilibro.
