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Por el riesgo de infecciones

La vagina es «diabética»

Un taller sobre sexo seguro desaconseja usar miel, nata o chocolate durante las relaciones

La vagina es «diabética»

Abusar del azúcar no sólo provoca caries: también puede dañar la vagina. El uso de miel, nata, chocolate, mermelada y otras sustancias en exceso dulces durante las relaciones sexuales causan a menudo infecciones si penetran en el interior del órgano femenino ya que alteran su equilibrio, de ahí que en los talleres de sexo seguro del Consejo de la Juventud de Alicante se intente dar a conocer entre adolescentes y jóvenes este riesgo con una llamativa frase: la vagina es diabética.

«Es la causa de que los geles de placer de sabores en realidad no sepan bien. No llevan azúcar», explica Alejandra Bou, técnica del Consejo de la Juventud que imparte charlas en los institutos y que ayer dirigió un taller sobre sexo seguro y juguetes sexuales en el claustro de San Nicolás en el marco de la XII Setmana Jove del Consejo de la Juventud. Una iniciativa pensada sobre todo para las chicas al apercibirse los técnicos del Consejo que todavía existe un gran desconocimiento sexual entre las mujeres. Se dieron cuenta durante los programas de prevención de la violencia de género tanto en redes sociales como en las relaciones interpersonales que imparten en los institutos de la ciudad, dirigidos a adolescentes y jóvenes.

«En el caso de ellos, casi todos dibujan penes en las mesas y paredes de los centros. Sin embargo, con ellas es distinto. Una alumna de 2º de ESO ya con relaciones sexuales nos preguntó si las mujeres pueden tener un orgasmo». Una cuestión que no sabe de edades ya que una mujer mayor fue a una charla de tuppersex con la misma duda. «Nos contó que había tenido tres hijos pero que no conocía el orgasmo, así que hablamos con ella de juguetes sexuales. Hay mucho desconocimiento en cualquier franja de edad».

Para intentar paliarlo, el Consejo de la Juventud de Alicante organiza de forma eventual talleres que denomina de tuppersex, pero que no tienen como finalidad vender los artilugios sino mostrar qué son y cómo funcionan como elemento educativo de la sexualidad de las mujeres. Aunque estos talleres son abiertos, se obtiene mucho más resultado, explica Alejandra Bou, cuando solo van chicas, al sentirse más cómodas si no acuden chicos, aunque ellos también pueden participar. «Si están ellas solas, preguntan más. Pero también hay que conseguir que no se corten si vienen chicos».

«Les decimos que tienen que tener la luz encendida y sentirse bien con su cuerpo. Fomentamos la aceptación y la autoestima. Es algo didáctico, y con los juguetes ponemos algo más de chicha». En el taller muestran la variada cosmética sensorial que existe, «desde aceite de masaje hasta bolsitas de té que se dejan en la bañera para tener la piel más hidratada y suave»; y después los juguetes, desde los vibradores a los instrumentos anales o dildos, «que son diferentes a los vaginales. Son juguetes para penetración pero sin vibración que se suelen usar para el ano. Hay que tener mucho cuidado al pasar juguetes anales a la vagina porque las bacterias pueden provocar infecciones, y también con lo que se introduce en el ano porque puede acabar en los intestinos si no tiene un tope. No son leyendas urbanas».

En los talleres intentan desmontar mitos sobre utensilios que se utilizan para el sexo pero que no fueron creados para esa finalidad, como las bolas chinas. «No son instrumentos de placer sino que se crearon para fortalecer el suelo pélvico. Claro que se pueden usar para el sexo pero no son para eso. Más de 20 minutos dentro pueden ser perjudiciales ya que se estaría haciendo ejercicio de más con la zona». Al asistir más chicas, se aprovecha el taller para explicarles alternativas higiénicas a compresas y tampones para la regla, como la copa de luna. «Es el elemento estrella. Es como un tampón, se mete en la vagina y cuando está llena se vacía, se enjuaga y se vuelve a usar. Está hecha en silicona médica y no reseca».

En la Setmana Jove, que se prolonga hasta el sábado, hay también una cacería Pokémon, cinefórum, poesía y charlas sobre diversidad.

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