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Los municipios imponen a los alicantinos la mayor presión fiscal sobre el IBI de España

La provincia se sitúa, junto a Ceuta y Melilla, como la demarcación con tipos impositivos más altos en todo el país

Los municipios imponen a los alicantinos la mayor presión fiscal sobre el IBI de España

Líderes indiscutibles en presión fiscal junto a Ceuta y Melilla. Los ayuntamientos de la provincia están imponiendo a sus vecinos los mayores tipos impositivos tipos impositivos de todo el país para los recibos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de naturaleza urbana. Así lo acaba de constatar el Ministerio de Hacienda, a través de la Dirección General del Catastro. Según los datos que acaba de hacer públicos el departamento de Cristóbal Montoro, Alicante es la provincia española con el tipo impositivo más alto (Ceuta y Melilla son ciudades autónomas, no provincias). Alcanza en su conjunto el 0,73% y se sitúa netamente por encima de la media nacional en el tributo que grava las propiedades de naturaleza urbana.

Pero, ¿cómo afectan esos porcentajes en los recibos que finalmente abonan los ciudadanos? De manera notable. Básicamente, porque las cantidades que pagan los propietarios por sus bienes inmuebles se calculan en función de dos variables. La primera, los tipos impositivos. Estos los fijan los propios ayuntamientos en sus respectivas sesiones plenarias. Pueden aprobar un porcentaje desde el 0,4% hasta el 1,1%, aunque en casos concretos el Ministerio autoriza a las localidades a incrementar esta última cifra. Se lo permite a las capitales de provincia, a las poblaciones que cuenten con servicio de transporte público colectivo de superficie y a los municipios que presten más servicios que los recogidos en la Ley reguladora de las bases de Régimen Local. A las entidades locales que cumplan los dos primeros requisitos se les permite incrementar el tipo de gravamen hasta un máximo de un 0,07%, mientras que las que se encuentran en el tercer caso están autorizadas a aumentarlo en un 0,06%, tal y como marca la normativa.

La segunda variable que incide a la hora de calcular los recibos es el valor catastral de los inmuebles, fijado por el Gobierno a través de la Dirección General del Catastro. Cada cierto tiempo, el Ejecutivo ordena que se revisen los valores de determinados términos municipales. Si aumentan esas valoraciones de las propiedades los recibos también subirán, como ocurrió en El Campello en pleno boom del ladrillo. Si por el contrario descienden, las cantidades a pagar por los ciudadanos también bajan. Y si se mantienen invariables, lo mismo ocurre con los recibos. Eso sí, siempre que el ayuntamiento de turno decida n0 modificar el tipo impositivo.

Tal y como ha ido contando este diario de manera periódica, los porcentajes que fijan los municipios de la provincia han ido fluctuando en función de la situación económica. Así, por ejemplo, 70 de las 141 localidades alicantinas habían incrementado el gravamen tras los primeros años de crisis económica. ¿Por qué? Porque el crack del ladrillo frenó en seco su recaudación. Las poblaciones se habían acostumbrado a recibir pingües ingresos gracias al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), y las tasas urbanísticas. Buena parte de ese dinero lo destinaron a mejorar sus términos municipales con piscinas cubiertas, polideportivos, instalaciones municipales, nuevos parques... Pero entonces llegó la crisis y esos ingresos fueron menguando hasta quedar reducidos a cantidades irrisorias.

Ante la imposibilidad de cuadrar las cuentas, muchos ayuntamientos optaron entonces por aumentar el tipo impositivo del IBI para los recibos de naturaleza urbana.

Y entonces llegó 2015. Año de dobles elecciones. Por un lado las municipales y autonómicas de mayo, y por otro las generales de diciembre. ¿Y qué hicieron entonces los consistorios alicantinos? Más de 30 decidieron hacer un guiño a los ciudadanos y rebajaron el tipo de gravamen en vísperas de los comicios. Entre ellos, Alicante, Benidorm, Altea, El Campello, Crevillent, La Nucía o San Vicente, tal y como certificó el Catastro.

Hoy, pese a todo, son 13 los ayuntamientos que mantienen un tipo impositivo por encima del 1%. Se trata, de mayor a menor porcentaje, de Elda (1,179%), Novelda (1,1367%), Callosa de Segura (1,1%), El Castell de Guadalest (1,1%), El Verger (1,1%) Pego (1,07%), Muro (1,045%), Alcoy (1,03%), Xàbia (1,028%), Albatera (1,01%), Dénia (1%), Orba (1%) y Els Poblets (1%).

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