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Los tunos no están de capa caída en Alicante

Las rondas reaparecen en fiestas y eventos gracias a las redes sociales

Los tunos no están de capa caída en Alicante

Los tunos ya no sólo cantan los jueves por la noche, como era tradición, debajo de los balcones de madres, esposas, novias y amigas. Ahora también lo hacen, y cada vez más, en bodas, cumpleaños y otros eventos, gracias a las redes sociales, que les están ayudando mucho a divulgar una actividad que, si bien parecía haber decaído, vuelve a alzar el vuelo. Así lo afirma Alberto Santacruz, que pertenece a la tuna de Derecho de la Universidad, anfitriona y organizadora del XXIV Certamen Nacional que se celebra este fin de semana en Alicante. Un encuentro que reúne a estudiantinas de 19 facultades de todo el país, con medio millar de músicos.

La presencia de los tunos, con su vestimenta medieval y sus instrumentos de cuerda y percusión, ya se dejó sentir ayer al atardecer por la Explanada. En la concha hicieron un pasacalles previo al concurso de rondas, que abrió como invitada la tuna femenina de Derecho de Alicante, que ha solicitado entrar en el circuito nacional. Por la noche se repartieron con su música por la ciudad.

Interpretaron una temática variada que en el caso de la tuna de Derecho de Alicante es de producción propia. «Componemos nuestras canciones y la música, sobre amor, desamor, nostalgia por las épocas de estudio, añoranza de los compañeros y cariño por nuestra tierra. Alicante está muy presente en nuestro repertorio», integrado por una veintena de temas. Algo que, según Santacruz, les ayudó a ganar el pasado año el certamen, celebrado en Salamanca, «no había pasado nunca y nos da prestigio». Fueron premio a la mejor tuna y a la mejor pandereta.

Esta victoria no tiene que ver con que sean ahora los anfitriones, puesto que la sede del certamen organizado por el Circuito Nacional de Tunas es rotatoria (Alicante lo fue también en 1997). Sin embargo, el que se celebre aquí les impide aspirar a revalidar el título. El premio está en juego entre tunas de 15 universidades, y hay cuatro más invitadas. Este evento dejará unos 52.000 euros en la ciudad, según los organizadores.

La tuna de Derecho de Alicante cuenta con unos 70 integrantes, y algunos están desde que se creó, en 1982. Cada vez entran más jóvenes, un relevo generacional que deja atrás la época en que estuvieron de capa caída. Precisamente la capa es el elemento más destacado del traje de los tunos, pese a ser la pieza más económica de una indumentaria que ronda los 400 euros y que se puede comprar en tiendas que la confeccionan, de las que en Alicante hay dos.

Para ser tuno sólo hay que «tener ganas» ya que se les enseña a cantar y a tocar la guitarra o la bandurria. Y no cobran, sólo la voluntad cuando actúan en eventos, que destinan a ayudar a estudiantes necesitados, para pagar la matrícula, el piso de alquiler o la residencia. Alicante es la única ciudad con un parque dedicado a la tuna.

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