Decenas de chavales del barrio Juan XXIII se manifestaron ayer en los alrededores de las dos pistas deportivas del barrio para denunciar la penosa situación que viven desde hace casi un año, cuando el Ayuntamiento cerró el complejo alegando falta de fondos para mantener al conserje. Desde entonces, los equipos federados, los juegos escolares y el deporte en general del barrio no se puede practicar por la falta de recursos municipales, según denuncia Francisco Camacho, vicepresidente de la Asociación de Vecinos Juan XXIII.

«Cualquier problema en el centro o en las playas se arregla en 24 horas pero en los barrios del norte todo puede esperar siempre. Llevamos con las pistas cerradas desde diciembre del año pasado y ya nos hemos hartado». Se da la circunstancia de que los dos equipos federados del barrio representaron a Alicante este verano en una competición internacional en Croacia y encima ganaron. Aún así, la Concejalía de Deportes no ha sido capaz de mover un dedo para facilitar la práctica del deporte en un barrio cuyos vecinos se sienten abandonados por el tripartito que gobierna la ciudad.

La solución no parece compleja (aunque en este Ayuntamiento a veces hasta lo más pueril parece complicado) pero han pasado diez meses y las pistas siguen cerradas a cal y canto. «Nos dijeron que nos dejaban las llaves pero lo hemos rechazado porque los vecinos no podemos ni debemos hacernos cargo de una instalación municipal. De quién sería la responsabilidad si un chiquillo se rompe algo jugando en las pistas», subrayó Camacho.

El cierre de las pistas deportivas es otro ejemplo del abandono que, según los vecinos, sufre el barrio. No hace ni un año que los residentes en calles como Benimantell, Agres, Benifato, Jalón, Torremanzanas, Orcheta o Beniardá denunciaron la situación de insalubridad en la que encontraba toda esta zona.