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Los médicos de familia dedican un 25% de sus consultas a atender casos de depresión y ansiedad

Los facultativos piden que se potencien actividades como los grupos de apoyo entre pacientes para reducir el consumo de fármacos

Pacientes esperan a ser atendidos en el mostrador de un centro de salud de la ciudad de Alicante, en una imagen de archivo. isabel ramón

Los consultas por ansiedad y depresión se han ido abriendo paso en las agendas de los médicos de familia de la provincia conforme los problemas familiares y económicos han repuntado en estos últimos años a consecuencia de la crisis económica. A día de hoy estos problemas representan un 25% del total de consultas en los centros de salud, según se desprende de la nueva Estrategia de Salud Mental, presentada por la Conselleria de Sanidad hace unas semanas.

«Lo que vemos sobre todo son trastornos de carácter adaptativo, en los que el contexto sociocultural influye y éste ha empeorado mucho en general en los últimos años», señala Aurelio Duque, presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria. La pérdida del empleo, en ocasiones de la vivienda, volver a vivir en casa de los padres o ir tirando con la pensión del abuelo.... el contexto social marca. «La gente está desesperada y eso se ve en la actividad de nuestras consultas», explica Duque.

Debido a este paulatino aumento de consultas en los centros de salud, la Conselleria de Sanidad ha incorporado este problema a la Estrategia de Salud Mental, con una mayor coordinación entre las áreas de Atención Primaria y Salud Mental para una mejor detección y tratamiento de los casos. También se quieren concretar los criterios de derivación y potenciar la utilización de programas de autoayuda y la creación de grupos de personas con problemas similares para que se presten ayuda mutua. Un tipo de abordaje, «que se ha demostrado ayudaría a reducir la medicación que se da a los enfermos. En Cataluña ya están habituados, con excelentes resultados, a formar grupos de pacientes para que hablen entre ellos, compartan experiencias y se den consejos», señala Duque.

Y es que, a juicio del presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar, es importante que este tipo de problemas mentales se puedan abordar desde la consulta del médico de familia. «Si todo se deriva a las Unidades de Salud Mental corremos el riesgo de saturarlas y que dejen de ver los casos verdaderamente graves, como las esquizofrenias o los trastornos bipolares, que es para lo que se diseñaron estas unidades».

El médico de familia está por tanto, a juicio de Duque, sobradamente preparado para abordar este tipo de problemas. «Habitualmente tratamos estos problemas con ansiolíticos y antidepresivos y en el caso de que veamos que el problema persiste en el tiempo y se hace crónico o bien se agrava y aparecen tendencias suicidas, entonces rápidamente derivamos al paciente a la Unidad de Salud Mental, donde se le atiende enseguida».

Pero al margen de la medicación, la terapia en estos casos es esencial y ahí las herramientas de las que dispone el médico de familia son más limitadas. «Procuramos citarle más a menudo, llamarle y darle pautas para mejorar su autoestima».

En algunos departamento ya se están poniendo las pilas. Es el caso del departamento del Hospital de Sant Joan, que en coordinación con el General de Alicante celebraron recientemente un taller dirigido a profesionales de la salud mental en el que se analizaba hasta qué punto la perspectiva de género influye en el sufrimiento emocional, ya que muchos de estos problemas van de la mano con el género, como es el caso del síndrome del nido vacío, que afecta a las mujeres en mayor medida. De esta actividad ha surgido un grupo de estudio coordinado entre ambos departamentos para tratar de llevar a la práctica acciones en este terreno, por ejemplo creando grupos terapéuticos entre los pacientes.

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