En las pedanías hay malestar por problemas eternos de alcantarillado, alumbrado y asfaltado. El Rebolledo se queja de que la mitad de la pedanía tiene alcantarillado y el resto está lleno de fosas sépticas. La primera fase se construyó hace 21 años y la segunda no se hizo, sin embargo los vecinos denuncian que se facilitó que otra zona de la comarca se conectara a esa red invadiendo fincas de particulares. «Nos afecta bastante porque estamos pagando un canon de saneamiento, y a cada vecino le supone una media de 132 euros sin tener alcantarillado», explica la asociación Amigos de Fontcalent. Otra lucha es la antena de telefonía que parece en vías de solución y los malos olores del vertedero. Esta misma semana el tripartito ha aprobado una serie de cerramientos y un sistema de ventilación para paliarlos. Además, denuncian la suciedad y que faltan por colocar placas con nombres de calles. En Cañada la queja es la ausencia de alumbrado y los caminos sin asfaltar, deficiencia que el Ayuntamiento pretende mejorar puesto que acaba de destinar 180.000 euros a reparar caminos rurales. El Moralet demanda asfaltado y alumbrado en zonas pendientes de urbanizar.