El ahorro de costes y la disminución del riesgo de infecciones contraídas en el hospital son las principales ventajas de un modelo que también tiene amenazas. Y es que en paralelo a la extensión de las cirugías sin ingreso, los hospitales de la provincia han ido perdiendo camas paulatinamente. Casi 500 según cifran los sindicatos desde el inicio de la crisis económica. Hay médicos que también se quejan de que este modelo se estira al máximo, bajo la premisa del ahorro de costes. No se tiene en cuenta, por ejemplo, a pacientes que, por patologías asociadas, tal vez es mejor que se queden al menos un día más ingresados en el hospital en lugar de marcharse inmediatamente a su casa, señalan algunos especialistas consultados.