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Electroquímica logra una pila barata con agua y sal que se carga con el sol

El grupo investigador de la Universidad de Alicante solicita la patente tras obtener el reconocimiento científico internacional

El director del Instituto de Electroquímica con los investigadores en laboratorios de la UA. iSABEL RAMÓN

El Instituto Universitario de Electroquímica de la UA, a través de su Grupo de Electroquímica Aplicada y Electrocatálisis, ha obtenido una pila revolucionaria. Permite tomar la energía del sol a través de paneles fotovoltaicos y acumular la energía eléctrica que producen en una nueva batería que se está desarrollando. Consigue combustible barato y no contaminante, en palabras del director y catedrático Vicente Montiel.

El desarrollo de este concepto novedoso ha obtenido el reconocimiento científico internacional en la mejora de los materiales empleados y el grupo ha solicitado la patente correspondiente.

El sistema nace en pleno «boom» de los acumuladores de energía para los coches eléctricos. Las investigaciones más punteras buscan, precisamente, sustitutos del plomo o del litio, como puede ser el uso de hidrógeno en pilas de combustible.

Uno de los aspectos más interesantes de cara al futuro apunta a las energías renovables, camino en el que ya se encuentran los investigadores de la UA, y uno de los proyectos más atractivos para el futuro cercano pasa por captar la energía solar a través de paneles fotovoltaicos en las viviendas y acumular la energía eléctrica en pilas o acumuladores de forma centralizada.

Estos acumuladores o baterías devolverían la energía eléctrica a las viviendas por la noche o cuando se requiera más energía de la que ha podido producir. Es el concepto de autoconsumo y de redes inteligentes de distribución.

«Somos uno de los países mayores productores de sol, con una superficie solar efectiva más extensa incluso que Alemania, a lo que sumar además la apuesta por la energía eólica», apunta Montiel.

Esta novedosa investigación abre la puerta a la acumulación de grandes cantidades de energía solar a lo largo del tiempo, de forma que se puedan aprovechar los excedentes del sol y se pueda trasladar el fruto obtenido a edificios enteros e incluso localidades.

Estos especialistas químicos están en el camino. «Es incipiente pero novedoso. El tiempo dirá si resulta más o menos competitiva con respecto al resto de proyectos que van surgiendo. La electroquímica trabaja duro en estos campos en el que somos expertos en alimentar los portátiles gracias a las baterías».

El equipo de la UA descarta el uso de materiales como el hierro, el cobre o el vanadio y en general los metales, en ocasiones tóxicos, en las disoluciones de la batería. Los líquidos por los que se decantan son mezclas de agua que contienen sosa, ácido clorhídrico y cloruro sódico o sal.

Desde el punto de vista ambiental estos líquidos no resultan problemáticos y son más baratos, por lo que Montiel sostiene que «si sale bien, puede resultar competitivo».

Soluciones

Los investigadores trabajan en otro proyecto de desarrollo de sistemas electroquímicos que usan catalizadores para evitar al máximo niveles de CO2 en la atmósfera, cuya tasa está sobrepasada.

Es un objetivo de la red de excelencia nacional para la valorización del CO2, concedida por el Ministerio de Economía y Competitividad, que lidera este grupo de la UA con otro de Ingeniería Química de la Universidad de Cantabria. «Es una más de las soluciones que busca transformar el CO2 en ácido fórmico, para que antes de que el CO2 se expulse a la atmósfera se convierta en productos de utilidad. Además se aprovecha la energía renovable como fuente para la transformación y se evita que más CO2 sea expulsado a la atmósfera. La gente debe saber que con sus impuestos se investiga desde el conocimiento para dar utilidades a la sociedad», concluye Montiel.

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