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Ximo Puig pide a Echávarri que busque un amplio consenso político y social

La Generalitat está dispuesta a colaborar para la llegada de Ikea a Alicante pero sobre la base de sumar el mayor número de voces a favor del proyecto

El alcalde Gabriel Echávarri y el presidente Ximo Puig el pasado lunes en Valencia. información

En las primeras conversaciones que han mantenido el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, para tratar de buscar una solución que permita la llegada de Ikea no se ha hablado sólo de la cuestión de liberar suelo propiedad de los bancos en la ubicación de Rabasa o del paraguas legal que se tendrá que buscar para la operación urbanística. También se ha abordado la necesidad de que un movimiento tan importante como el que supone instalar una tienda de la multinacional sueca en Alicante acompañado de una zona comercial adyacente acumule el mayor consenso posible tanto político como social. En esos contactos, el titular del Consell se ha mostrado dispuesto a colaborar a sabiendas de que se trata de una inversión que puede traer una importante inyección económica a Alicante pero a la vez ha pedido a Gabriel Echávarri que sea capaz de tejer complicidades para evitar que el rechazo social frene el proyecto.

La Generalitat quiere que, de alguna manera, se visualice que la iniciativa cuenta con un importante respaldo. En este sentido, el titular del Consell emplazó al alcalde de Alicante a buscar, en un primer movimiento, complicidades entre los grupos municipales. Puig considera que Echávarri debe incluir de inmediato en la operación, como mínimo, al líder de Compromís, Natxo Bellido. Para el jefe del Consell es decisivo que se mantenga la unidad de acción con sus socios preferentes. Teniendo en cuenta, además, que cualquier resolución que tenga que tomar la Generalitat y que afecte a la tramitación del proyecto urbanístico tiene que contar también con el aval de los consellers de Compromís, que suman la mitad del gobierno. Así que, en Valencia creen que Echávarri debe amarrar, al menos, esa alianza -son conscientes de que el visto bueno de Guanyar será algo más complicado- y luego buscar también que puedan dar su apoyo Ciudadanos e, incluso, el PP con la intención de que la iniciativa pudiera contar con un respaldo amplio entre los regidores que conforman el pleno municipal de Alicante. El cambio de rumbo de la dirección de Ciudadanos, con la dimisión de José Luis Cifuentes, podría dificultar una alianza con una formación que ahora tiene su mando -el ex de UPyD, Fernando Llopis- fuera del consistorio.

Una vez conseguido un importante respaldo político, el presidente de la Generalitat también le pidió al alcalde Echávarri que juegue la baza de intentar generar un amplio acuerdo social. Generar un clima positivo que evite tensiones ayudaría, apuntaron fuentes conocedoras de las conversaciones, a despejar el camino para poder garantizar la llegada de Ikea. En este sentido, al presidente de la Generalitat le preocupa, especialmente, el papel de los comerciantes de Alicante. En el Consell consideran que es necesario que se genere un importante consenso entre este colectivo sobre la viabilidad del proyecto y apuntan, en este sentido, que el consistorio alicantino tiene un papel clave. Cabe recordar que el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, es además el que ostenta las competencias de Comercio con Pedro de Gea como asesor delegado. Así que, en cierta medida, intentar explorar todo ese acuerdo está en manos del propio primer edil.

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