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La pedanía de Santa Faz se moviliza para que no se instale una gasolinera junto al monasterio

Los vecinos recurren la licencia de construcción de una estación de servicio con lavadero concedida por Urbanismo y se plantean ir a los tribunales por el impacto visual, acústico y paisajístico en un entorno que quiere ser BIC

La pedanía de Santa Faz se moviliza para que no se instale una gasolinera junto al monasterio

Los vecinos de la pedanía de Santa Faz están en pie de guerra contra el proyecto de construcción de una gasolinera con lavadero y tienda a poco más de 100 metros del monasterio donde desde hace más de cinco siglos se custodia la Reliquia del rostro de Jesús, un entorno para el que el Ayuntamiento está tramitando la declaración de Bien de Interés Cultural y que recibe cada año a miles de alicantinos. Por este motivo, en el caserío no se entiende que la Concejalía de Urbanismo haya concedido «licencia de intervención» para construcción a la petrolera solicitante, sujeta a la resolución de una serie de incidencias. Los vecinos han presentado alegaciones, recurso de reposición y se plantean ir a un contencioso a los tribunales. También están preparando movilizaciones, entre ellas una «peregrina» de protesta, y recogida de firmas.

La compañía British Petroleum quiere instalar la gasolinera en el espacio que antes ocupaba la Fiat, que lleva años cerrada, muy cerca del acceso principal al monasterio, por la calle Alberola-Canterac, a pocos metros de un torreón protegido como torre de la huerta. En esa calle está la urbanización Los Arrayanes, con 81 viviendas, cuya comunidad de propietarios ha contratado a un abogado, el letrado Miguel Baena, que les representa en una lucha en la que tienen el apoyo de la asociación de vecinos.

El último paso que han dado ha sido la presentación, el viernes, en el registro municipal de un escrito conjunto con la firma de la presidenta del colectivo vecinal, Azucena Vallés, solicitando una reunión con el alcalde, Gabriel Echávarri, y el edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, para conocer el estado de la tramitación de la licencia. De paso, les trasladan su «total oposición y rechazo a la instalación de la gasolinera». Adjuntan un mapa elaborado por un vecino de la pedanía, de profesión arquitecto, que muestra que, si se construye, en poco más de 400 metros habrá tres gasolineras ya que a la que ya había en sentido Valencia se suma otra en construcción junto a un establecimiento de caravanas.

En el escrito, los vecinos exponen que la instalación de una estación de servicio «a escasos 100 metros del monasterio, junto a viviendas habitadas del caserío, ha causado gran alarma y malestar entre los vecinos, debido al peligro que pueden entrañar los depósitos de combustible y su manipulación diaria para los residentes y visitantes, además de agudizar el colapso de circulación que ya se viene produciendo en la zona», puesto que se ubicaría muy cerca de una rotonda ya cargada, que se colapsaría con los trailers que pudieran entrar a repostar, en una zona que en su día se remodeló para que fuera semipeatonal en beneficio del entorno del monasterio. De paso, exponen su preocupación por los «perjuicios que una instalación de este tipo puede provocar a un patrimonio de todos los alicantinos». Con ello, se refieren a los humos y ruidos, y al impacto visual de la gasolinera, «que será lo primero que verán los peregrinos».

Por este motivo, el abogado de los propietarios afectados ha remitido cartas al Obispado para recabar su apoyo. También ha enviado escritos a la Conselleria de Medio Ambiente, que ha contestado que la emisión del dictamen medioambiental corresponde al Ayuntamiento; y a Cultura, que responde en la misma línea «pese a que aludíamos a que hay un expediente de BIC». Los vecinos sostienen que los terrenos para la gasolinera están pendientes de urbanizar, y que no debería darse permiso a una instalación industrial. Entre las condiciones que Pavón pone a la petrolera están la demolición del edificio que ahora existe; y que la entrada esté por la avenida de Dénia y la salida por Alberola-Canterac. El plazo de ejecución es de seis meses y el presupuesto, de 188 millones de euros.

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