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A Río Revuelto

Cifuentes y las partículas elementales

Cifuentes en un anterior pleno Pilar Cortés

Si el portavoz de Ciudadanos, José Luis Cifuentes, se hubiera desplazado desde Leipzig (Alemania) donde se encontraba participando en un congreso de hispanistas hasta la cercana Göttingen (a apenas dos horas), en el auditorio Pohl de su universidad habría podido leer el lema de los físicos cuánticos, desde Max Planck hasta Werner Karl Heisenberg: «La sencillez es la característica de la verdad», base de todas las teorías sobre las partículas elementales que están detrás de la energía nuclear. Cifuentes advirtió que no acudiría al pleno de anoche, que se quedaría a la clausura del congreso, y cumplió. Consigo mismo. Antepuso sus intereses personales a los generales y se puso a sí mismo en evidencia y a su partido en ridículo, convirtiéndose en lo que Maquiavelo definió como «un mal ejemplo no observar una ley, sobre todo por parte del que la ha hecho».

El portavoz de Ciudadanos presentó varias propuestas en el Ayuntamiento de Alicante y él mismo las dinamitó en un remedo de burla institucional de quien consideró que tenía cosas mejores que hacer que perder su tiempo en un pleno, pese a ser concejal del mismo. La verdad es tan sencilla como que José Luis Cifuentes le hizo un gran favor al tripartito, ya que con su ausencia propició el empate que permitió al alcalde tumbar, con el voto de calidad, todas las iniciativas del portavoz de Ciudadanos, a quien lejos de agradecerle «el favor», el tripartito le convirtió en objeto de chanza y hasta de descrédito, cuando un más que aliviado concejal de Limpieza, Víctor Domínguez, paso a reprocharle, de cuerpo ausente, las faltas de ortografía del escrito que presentó el doctor en Filosofía Hispánica.

Cifuentes vuelve hoy a Alicante y Ciudadanos tiene una bomba atómica en fase de explosión que le puede convertir en una máquina de generar tránsfugas en el Ayuntamiento. Si prospera la intención de retirarle la portavocía, Cifuentes ya ha amenazado con aplicar la mécanica clásica, en concreto el principio de acción y reacción, la tercera ley de Newton: «Todo cuerpo A (Ciudadanos) que ejerce una fuerza sobre un cuerpo B (Cifuentes) experimenta una fuerza igual en intensidad en la misma dirección, pero en sentido opuesto». Detrás de este axioma se esconde el funcionamiento de los cohetes y de los globos de aire que se desinflan, de manera que, tomándonos algunas licencias, podríamos asegurar que si le apean de portavoz, Cifuentes se dirige como un cohete hacia el grupo de no adscritos y que, con ello, Ciudadanos se propulsa hacia la nada en Alicante mientras se desinfla, ya que de seis concejales que le dieron las urnas, pasaría a quedarse con cuatro, algo difícil de explicar desde la tan traida y llevada nueva manera de hacer política.

El catedrático Cifuentes, con su ausencia en el pleno y su frescura al restar importancia a las iniciativas a las que dio gran relevancia cuando las presentó públicamente, ha puesto en evidencia una de las aseveraciones filosóficas de Albert Einstein: «Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad». Es tan evidente que el portavoz de Ciudadanos sabía y pudo, pero no quiso, que sus detractores ya andan asegurando que detrás hay pactos con el alcalde, Gabriel Echávarri, tan oscuros como los agujeros negros. Con el socialista, afirman concejales de Ciudadanos Cifuentes se entiende mejor que con sus propios correligionarios de partido. En cualquier caso, el portavoz del partido naranja pasa a la historia de los plenos alicantinos.

Desde ayer, en Alicante, a no cumplir con el deber y eludir responsabilidades desapareciendo y desdiciéndose uno mismo se le pasa a llamar «hacer un Cifuentes». No está nada mal para un lingüista autor de un libro con un título tan sugerente como el de «Lengua y Espacio», que, siendo un desconocido, logró encabezar la candidatura de su partido en la capital de la provincia, obtuvo seis concejales, los mismos que el PSOE y Guanyar Alacant, y puede acabar desgajando la naranja mecánica de su partido en invisibles partículas elementales.

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