Hace 19 años, Alicante sufría sus peores inundaciones. Una tromba de agua de 267 litros por metro cuadrado anegó la ciudad y causó cuatro muertos, entre ellos un niño y su madre que fueron arrastrados por el agua tras caer por una alcantarilla.

Las principales vías de acceso a Alicante quedaron cortadas por los torrentes y el centro se colapsó con los vehículos que eran arrastrados por el agua y quedaban atravesados en medio de las calles. Buena parte de la ciudad se quedó sin electricidad; colegios, institutos y Universidad suspendieron las clases y los cuerpos de seguridad estuvieron días rescatando a personas alisadas en sus casas o atrapadas en sus vehículos.