La presión de profesores y estudiantes de segundo de Bachillerato, pendientes todavía de la orden ministerial que desarrolle la nueva prueba o reválida para acceder a las universidades el año que viene, ha llevado al Consell a coger el toro por los cuernos y ordenar la puesta en marcha desde ya de una prueba similar a la Selectividad.

Partiendo de la premisa de la oposición del Consell a la reválida que propugna la Lomce del PP, y de que su primera opción es que «se prorrogue la actual Selectividad», la directora general de Universidades reunió ayer a los responsables de los campus de la Comunidad para hacerles llegar la decisión de «ponernos a trabajar y dejar de esperar con los brazos cruzados».

Así, mientras no se produzcan cambios por parte del Ministerio de Educación que obliguen a variar el rumbo, las universidades van a elaborar una prueba «lo más parecida a lo que ha sido la PAU». En este mismo sentido deberán trabajar los docentes en los institutos y colegios concertados con los estudiantes de segundo curso de Bachillerato, orientando la enseñanza hacia un ejercicio muy similar a lo que ha sido hasta ahora la Selectividad.

Respuestas

«Había que dar respuesta a padres, alumnos y profesores, y no limitarnos a esperar. Hemos tomado la iniciativa para, conforme vayamos trabajando y se nos planteen preguntas, incorporar las pautas necesarias». La responsable de Universidades, Josefina Bueno, subrayó al término de esta primera reunión celebrada ayer en Valencia que «vamos a trabajar con un doble escenario sobre la mesa, ya se llame PAU o reválida», con la premisa de «acomodar» el trabajo que se adelante al «imperativo legal que establezca la nueva prueba».

La comisión gestora de la prueba de acceso estará en contacto permanente para resolver las dudas que «la indefinición del ministerio» genere en los centros.