El fomento del valenciano y no el de otra lengua extranjera, como han pedido los docentes de Francés, responde, según explican desde la Conselleria de Educación, al cumplimento de la normativa europea que «promueve un sobreesfuerzo y medidas extraordinarias en su tratado internacional por la no desaparición de las lenguas minoritarias».

La reciente presentación del futuro decreto de plurilingüismo por el conseller Vicent Marzà protagonizó ayer la celebración del Día Europeo de Las Lenguas, sobre el que el propio president auguró un consenso que se extienda al uso generalizado del valenciano.

El director de Política Lingüística, Ruben Trenzano, declaró al respecto que «adoptar una lengua dota de riqueza cultural», y que este mensaje debe grabarse en los padres de los alumnos de las zonas castellanoparlantes, a quienes se dirigió a preguntas de este diario para subrayar que «partiendo de que todas las lenguas son importantes, el valenciano necesita medidas especiales porque es patrimonio cultural y adaptar la lengua de los vecinos les hará más ricos e interesantes culturalmente».

Cómics para la Vega Baja

Trenzano admite que el decreto está orientado al futuro, a las futuras generaciones, para que dominen las dos lenguas oficiales y otra extranjera. «Habrá que ver cómo va avanzando el desarrollo del decreto en unos años, pero el aprendizaje no se circunscribe al decreto de plurilingüismo porque también es social».

Tras aportar que las lenguas nos acompañan toda la vida, el responsables de la extensión del uso del valenciano puntualiza que el año que viene podrá ponerse en marcha esta práctica favoreciendo que con la televisión las familias trabajen en casa y después se traslade a las aulas también.

Añadió la intención de que las extraescolares pongan en valor lenguas como el ruso, vinculadas a la fuerte inmigración. «La administración favorecerá espacios de uso del valenciano» de forma que cómics en esta lengua sean normales con el tiempo entre niños de la Vega Baja. Implica trabajar la lengua desde el contexto, como hace Finlandia, hacia la que mira el nuevo decreto.