El Consell persigue que el valenciano no se vea sólo como una lengua a aprender en la escuela y por la que se obtiene una nota, sino, como sucede en Navarra, donde la implantación del Euskera es todavía menor que la del valenciano en la Comunidad y, sin embargo, se introduce a través de la oferta de consumo cultural, la música, el cine, o los dibujos, para que resulte más tractivo, como explica Paula Kasares, invitada ayer por Educación para exponer su investigación sobre la «transmisión intergeneracional de la lenguas minoritarias». La ponente concluye que «una lengua siempre suma, no es impedimento». Trenzano avanzó que la lengua de siggnos se introducirá en las EOI. V. B.