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Las claves del alzhéimer y el párkinson

Los investigadores se centran en detectar las enfermedades neurodegenerativas cuanto antes

Diagnóstico precoz. Estas dos palabras encierran las claves de futuro de la investigación en enfermedades neurodegenerativas, especialmente en alzhéimer. Y Alicante se ha convertido esta semana en el epicentro de la investigación de estas dolencias gracias al IV Congreso Internacional en Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas, una cita que ha reunido en la sede de Euipo a cerca de 200 científicos llegados de todo el mundo. «La comunidad científica hemos llegado a un acuerdo general de que se ha producido un retraso en el tratamiento, ya que muchas veces llega cuando la enfermedad da síntomas, y por tanto se ha producido una muerte neuronal», señala Jesús Ávila, director científico del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Neurodegenerativas, entidad organizadora del congreso. La claves es diagnosticar antes la enfermedad, en la llamada fase asintomática.

¿Pero cómo encontrar a estos pacientes que aún no muestran pérdidas de memoria pero que sin embargo están desarrollando la enfermedad? Actualmente un buen número de trabajos van encaminados a buscar marcadores en sangre o en el líquido cefalorraquídeo que determinen la presencia de la enfermedad. Uno de los grupos que trabajan en este terreno está en el Instituto de Neurociencias de Alicante, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Consejo de Investigaciones Científicas. Recientemente los investigadores de este centro han descubierto por qué los pacientes de alzhéimer, a pesar de presentar un aumento de Reelina -una proteína que favorece el aprendizaje y la memoria- no mejoran. En un estudio, dirigido por el investigador Javier Sáez e Inmaculada Cuchillo, han determinado que a esta proteína, en los enfermos de alzhéimer, se le adhiere el péptido beta-amiloide o A-beta, y esto perjudica su actividad normal.

Diagnosticar antes la enfermedad puede abrir la vía a nuevos fármacos que conlleven una mejora cognitiva de los pacientes y por tanto frenen la dolencia en estadios muy avanzados. En este terreno, el panorama es ilusionante, como han coincidido en señalar estos días los científicos reunidos en Alicante. Y es que, actualmente, hay en marcha varios ensayos con los denominados anticuerpos monoclonales, que se fabrican en laboratorio y se inyectan a los enfermos. Estos anticuerpos han demostrado en estudios preliminares que eliminan las placas de la proteína amiloide del cerebro de los enfermos y que producen cierta recuperación cognitiva. Varios hospitales de la Comunidad, entre ellos el General de Elche, participan en ensayos con estos tratamientos. No obstante, coinciden los expertos, habrá que esperar años para ver resultados sobre un número significativo de pacientes.

Estudios europeos también apuntan a la importancia de cuidar de los estilos de vida para poder retrasar la aparición de la enfermedad y científicos como Bengt Winblad abogaron en Alicante por especificar más sobre los tipos de alzhéimer para poder administrar fármacos personalizados.

En cuanto al párkinson, las investigaciones también apuntan hacia un diagnóstico precoz, a la espera de que lleguen fármacos que curen esta dolencia, ya que de momento los tratamientos que hay disponibles sólo sirven para paliar los síntomas. En el congreso celebrado en Alicante se presentó un estudio que se ha llevado a cabo en el Hospital Clínic de Barcelona para diagnosticar a enfermos hasta 10 años antes de que parezcan los temblores. Y es que desde hace poco se sabe que mucho tiempo antes de que lleguen los síntomas clásicos, los enfermos pueden mostrar indicios de la misma, como es la pérdida de olfato o trastornos del sueño en forma de pesadillas muy agresivas.

Los investigadores de Barcelona, a través de punciones en una glándula salival de pacientes afectados por estos problemas de sueño, han hallado proteínas presentes en el cerebro de los enfermos de párkinson. Una ventana para un futuro diagnóstico precoz.

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