¿Qué balance hace de estos tres días de congreso?
Han sido bastante fructíferos porque hemos visto cómo vamos, en qué nivel estamos y qué hemos hecho bien y mal durante el último año para intentar mejorar. Ha venido gente muy buena, tanto de fuera, como de España. Y es que, en un momento en el que los recursos económicos no son muy cuantiosos, se aprecia un voluntarismo brutal. La gente que trabaja con menos se está volcando más y con un poco más de recursos podríamos hacer muchísimo. Y es que en cuanto a publicaciones, España está entre los diez mejores países del mundo, pero el coste de este trabajo es mucho más barato.
¿Se han marchado muchos investigadores españoles del campo de las enfermedades neurodegenerativas?
Sí, y espero que la gente vuelva, porque casi siempre se van los mejores. Tenemos que seguir siendo competitivos. España llegó a ser la cuna de la neurociencia. Hemos tenido el único premio Nobel genuino español, que fue Ramón y Cajal. Entonces éramos lo mejores y tenemos que mantener ese nivel aunque sea por historia. Hay personas que nos ayudan, como es el caso de la Reina Sofía y también dentro de la Administración hay gente que nos apoya. Pero no debe ser algo de buenas personas, sino de estrategia global porque lo que en el fondo hacemos es para mejorar la calidad de vida de las personas.
¿Por dónde va el futuro en cuanto a investigación en alzhéimer o párkinson?
Una de las cosas que vamos conociendo es que son enfermedades silenciosas. Cuando se diagnostican porque surge un problema de memoria ya es tarde, hay poco que hacer porque hay muerte neuronal. Hay que actuar en las fases presintomáticas. Precisamente han sido muchos los ensayos y tratamientos que han fallado por esto. Si no tenemos neuronas ya es tarde. Es como si no tienes un brazo y vas a que te pongan tratamiento para ese brazo que te falta. Actualmente se están buscando marcadores muy tempranos para comenzar a tratar a los pacientes en esas fases. A lo mejor en el futuro alguien curará enfermedades como el alzhéimer, pero ahora se trata de retrasar la enfermedad.
¿Cómo varía la evolución de una persona diagnosticada de alzhéimer en estas fases?
Actualmente hay ya ensayos clínicos con fármacos que se estaban utilizando demasiado tarde y que ahora se están probando en esas fases presintomáticas. Son estudios que se están haciendo con pacientes que tienen alzhéimer genético, y por lo tanto acabarán desarrollando la enfermedad. Lo que se está haciendo es tratarles años antes de que aparezca la enfermedad.
¿Está la sanidad pública preparada para detectar estos casos antes de que el alzhéimer dé síntomas o el paciente acabará peregrinando de consulta en consulta hasta que sea tarde?
El problema de las crisis es que nos afectan a todos, colegios, hospitales... Muchas veces los médicos están volcados en la asistencia y no les queda más tiempo. Están saturados. Si aumenta la población se necesitan más médicos y ayuda. Espero que la crisis no dure siempre.
