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CONGRESO DE ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Una Reina con mucha ciencia

Doña Sofía muestra su pasión por los avances en la investigación de enfermedades del cerebro

La Reina Sofía en el Congreso de Enfermedades Neurodegenerativas

La Reina Sofía en el Congreso de Enfermedades Neurodegenerativas

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La Reina Sofía en el Congreso de Enfermedades Neurodegenerativas J. Hernández

La reina Sofía es admirada por su elegancia y sabiduría pero en Alicante ha mostrado una faceta más desconocida, de risueña cercanía entre los investigadores del congreso internacional de enfermedades neurodegenerativas que ha presidido estos días, charlando con todos y cada uno de ellos, y son 200, sobre los avances médicos. Ayer, tras entregar la beca de la fundación que lleva su nombre a una investigadora del País Vasco se mezcló entre los científicos durante la pausa café, riendo, a carcajadas sonoras en ocasiones durante los entresijos de las conversaciones sobre biomedicina.

«La reina Sofía es muy agradable. Me ha dicho que a ver si fuera posible encontrar una cura para el alzhéimer, que a ver si lo logramos. Y nos ha animado mucho». La joven que recibirá 32.000 euros de la fundación Reina Sofía para ampliar su formación en Dublín y Madrid, al elegir un jurado su proyecto de marcadores de alzhéimer entre todos los presentados, fue de las que más tiempo charló con la reina madre. Olatz Arteaga, de 29 años, vestida de naranja,departió con la reina Sofía, ayer de azul eléctrico, en un respetuoso «tú a tú» dentro de un corrillo en el que también estaban presentes los organizadores y la consellera de Sanidad, Carmen Montón.

Doña Sofía, cuanto que podía, estrechaba las manos de los científicos que se aproximaban mientras tomaba agua de una copa. Estaba atenta. Demostraba todo el interés del mundo. Se nota que Doña Sofía, conocida experta en Bellas Artes, Arqueología y Música, tiene apego a la Medicina, de hecho se formó en puericultura en la Universidad de Atenas y durante dos años trabajó como enfermera en un orfanato en Grecia.

«Estoy impresionado con la reina Sofía, la he visto muy interesada con la actividad científica. Es difícil tanto interés por parte de un jefe de Estado, ella ya lo demuestra con la Fundación Reina Sofía». Estas palabras del científico alemán Eckhard Mandelkow, que durante el congreso ha compartido mesa con la soberana emérita, revelan muy a las claras el sentir de los investigadores hacia la madre del rey Felipe VI: han estado como peces en el agua, lo mismo que ella con ellos. Y es que la reina emérita ha querido charlar con todos y cada uno de los dos centenares de investigadores. Lo hizo el miércoles por la noche (pernoctó en Alicante) cuando acudió, por sorpresa, a una recepción con los participantes en el Castillo. «Uno a uno la saludamos y el director del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned), Jesús Ávila, fue explicándole lo que hacemos cada investigador. Ella se interesó por todo lo que traiga soluciones a la enfermedad del alzhéimer», dijo un científico de Galicia. Y preguntó por proyectos con células madre.

Otro asistente, que está en el área de Neuroimagen de la Fundación Reina Sofía, contó que habló con todo el equipo sobre su trabajo «y quería conocer a la gente nueva». Se refería a los investigadores de postgrado que han llegado a la entidad de otros países, entre ellos un español que viene de Canadá. «Está muy involucrada con toda la actividad científica. Y es muy cercana». En su caso le conoce como empleado de la fundación que lleva su nombre y que ha impulsado una treintena de proyectos de investigación sobre el alzhéimer en los últimos años con una inyección económica de casi 300.000 euros. «Y me ha preguntado cómo están mi mujer y mi hijo», exclamó. La reina dejó Alicante a mediodía.

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