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Joan Borja: «Esperaba una propuesta más ambiciosa y menos continuista»

Lleva más de dos décadas impartiendo valenciano en la Facultad de Educación de la UA

El profesor, investigador y escritor Joan Borja considera que los políticos deberían dejarse asesorar más por los técnicos en educación a la hora de elaborar normativas, sobre todo en materia lingüística, que es su área de especialización. Entre otras cosas, porque en esta materia, y especialmente en esta autonomía, bajo su punto de vista, se continúa usando el valenciano como arma arrojadiza entre partidos cuando la lengua «es apolítica, es un patrimonio que no es ni de izquierdas ni de derechas», dice.

¿No parece muy satisfecho con el decreto de plurilingüismo?

Lo veo insuficiente. Esperaba una propuesta mucho más ambiciosa, que garantizase un objetivo que considero crucial: que nuestros alumnos dispongan de las suficientes competencias lingüísticas en castellano, valenciano e inglés. Esta reforma me parece continuista: cambia el nombre de los programas, pero el modelo en muchos aspectos es idéntico a lo establecido en el decreto de plurilingüismo que el anterior Gobierno aprobó en 2012. Da la sensación que incluye más marketing que cambio de contenido. El llamado «programa de nivel básico» del borrador equivale en la práctica al actual programa plurilingüe de enseñanza en castellano (PPEC) en cuanto a carga lectiva en cada idioma. Considero que el «programa de educación plurilingüe de nivel avanzado», de los tres que podrá seleccionar cada centro, es el único capaz de garantizar que los alumnos saldrán formados con unas capacidades básicas en las tres lenguas.

¿Usted solo implantaría el avanzado?

Quizá se debería haber estudiado esa posibilidad. Creo que la mayor parte de la comunidad educativa está de acuerdo en que nuestros alumnos deben acabar con unas competencias básicas de castellano, valenciano e inglés. Por eso, pienso que debemos optar por modelos que lo aseguren. Dejar que se seleccionen otros niveles que no lo hagan me parece, en cierto modo, perpetuar un estatus quo que se ha demostrado insuficiente. Cuando uno va al médico y éste le dice lo que necesita para curarse nadie lo pone en duda. En la educación, en cambio, no siempre se escucha lo suficiente a los técnicos.

El problema es que el valenciano sigue siendo motivo de discordia a nivel social y político en esta Comunidad.

¿Usted cree? No sé. Personalmente lo dudo: tal vez aun hay quien continúa utilizando las lenguas como una manera de hacer política tendenciosa y partidista. Mi percepción es que cada vez hay más jóvenes que usan y defienden el valenciano, al margen de los movimientos políticos. La gente que carga sobre el valenciano y que argumenta que no vale para nada suele ser monolingüe, y denota falta de civismo.

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