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Un jardín botánico ignorado

El parque del barrio Francisco Albert está olvidado pese a un pasado de floreciente experimentación

Un jardín botánico ignorado

Es el gran desconocido de Alicate. Y es que poca gente sabe que la ciudad cuenta con un jardín botánico. Este parque está ubicado en Francisco Albert, en forma de corredor verde, que permite atravesar desde la calle Deportista Manuel Suárez a la avenida de Aguilera. Sin embargo, este jardín poco tiene que ver con su nombre. Este espacio, que cuenta con destacados ejemplares de árboles, languidece como consecuencia de años de abandono. Para empezar, ni placas ni carteles indicativos aportan referencia alguna sobre el origen de esta zona verde y las especies que allí se encuentran plantadas, como cabría esperar de recintos de estas características que muestran, de forma didáctica, especies de árboles y plantas procedentes de todo el mundo. Y es que en el jardín botánico de Alicante prácticamente sólo sobreviven los árboles. Entre ellos, destacan ejemplares de gran porte, como un enorme ficus cuya edad ronda los cien años y cuyo tronco y parte de las raíces se adentran en las urbanizaciones colindantes. También hay varios pinos con un siglo de antigüedad y unos eucaliptus plantados en torno a los años 30.

Sin embargo, los numerosos parterres que hay diseminados por todo el parque y en los que debían crecer las plantas están casi todos pelados y los pocos ejemplares que en ellos crecen están secos.

El mobiliario urbano y los muros que delimitan el parque están llenos de grafitis y la zona de juegos infantiles es de lo poco que se conserva en buen estado ya que, según explican los vecinos, fueron renovados hace poco tiempo.

El jardín botánico termina en una especie de anfiteatro con bancos de piedra, muchos de ellos partidos. El suelo en esta zona está agrietado y en las rampas se ha perdido el firme.

Los vecinos de la asociación Francisco Albert se han quejado en innumerables ocasiones del estado en el que se encuentra este espacio. A raíz de estas quejas, en las últimas semanas «el Ayuntamiento ha llevado a cabo algunas actuaciones, como reparar las papeleras, quitar ramas secas o arreglar los juegos que estaban estropeados», señala Mari Carmen Font, presidenta de la asociación de comerciantes Francisco Albert. Desde la asociación Alicante Vivo, Rubén Bodewig destaca que el origen de este parque se remonta al siglo XIX, cuando formaba parte de unos terrenos más amplios propiedad del entonces Ministerio de Agricultura utilizados para probar cómo semillas y plantas de otras zonas del mundo se aclimataban a las condiciones de la provincia.

A principios del siglo XX esta parcela perdió su uso y se fue reduciendo, comida por las construcciones del incipiente barrio de Benalúa. Como testigo, sólo queda este parque.

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