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Un cole nuevo para Mahmud

Un niño sirio acogido con su familia en el Hogar Provincial reanuda su etapa escolar enfrentándose a la barrera del idioma

Varios momentos de Mahmud con sus compañeros, su profe y su padre en clase. pilar cortés

Mahmud tiene siete años y aunque le tocaría estar en segundo de primaria ha comenzado a estudiar en primero. Es uno de los niños sirios acogidos junto a su familia en el Hogar Provincial. Forman parte del programa de ayuda a los refugiados de Cruz Roja dentro del cupo de familias que acoge España. La ONG pidió al colegio concertado Aire Libre lcolegio concertado Aire Librea posibilidad de acogerle, dada la cercanía de este centro donde la familia vive provisionalmente y abonar los algo más de 200 euros del recibo. El colegio celebró una reunión y decidió tomar medidas excepcionales como ampliar la ratio para que Mahmud pudiera asistir a la clase de primero. El colegio a la vez decidió abrir una bolsa solidaria para que los padres que quisieran aporten tres euros al mes para ayudar en sus necesidades a Mahmud.

La familia se siente muy bien acogida, pero también se queja de algunas carencias y que el escolar se siente diferente. La barrera del idioma es grande y aunque es pequeño y los niños son esponjas la comunicación todavía es complicada. Cada día el padre del niño, Suleiman, le lleva de la mano al centro. Y hoy, gracias a una traductora voluntaria, cuenta cómo es su vida ahora. Mahmud no dice ni palabra y se siente avergonzado. Suleiman agradece los esfuerzos que se están haciendo con ellos, pero a la vez lamenta que el niño lo está pasando mal. «Llega del colegio y se echa sobre su madre a llorar y a decirle que los niños tienen muchas cosas y que él no tiene y no le puedo comprar nada». Hasta el miércoles el escolar acudía al centro con un lápiz y una goma de borrar. Ante la queja, el responsable de Cruz Roja que le acompaña al centro asegura que la ONG le facilitará lo que necesite. Y una madre de la clase de primero se ofreció a llevarle al centro comercial a comprar el material que abonará la entidad humanitaria. Lorena, la mamá de la clase, que se ha prestado voluntaria cuenta que a su juicio «ahora lo está pasando mal. No habla ni una palabra de español, pero creo que los niños son muy adaptables y le veremos un gran cambio. Habría que hacer algo por adaptarle. A nuestros hijos también deberíamos decirles que es un compañero nuevo, debe sentirse entre iguales, porque él sabe que es distinto».

Marisa Palacios, la profesora asegura que Mahmud se está adaptando bien, pero tiene momentos en los que está perdido y se muestra frustrado y «nos entendemos con gestos. Tiene muchas ganas de aprender y coge el vocabulario con rapidez». Cuenta que el pequeño va a contar con un programa informático específico para el aprendizaje del idioma Como anécdota, relata que una mañana el niño le hacía gestos de beber y escupir, descubrieron que le sorprendía que otro chaval estuviera tirando el agua. «Ese día me sirvió para explicar la utilidad del agua y que no se desperdicia» cuenta la maestra.

Mahmud se está adaptando y el cole ya está volcado para que sea pronto uno más de la clase de primero.

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