Las intensas e impactantes campañas que lleva a cabo la DGT para concienciar sobre el peligro del consumo de alcohol y drogas al volante parece que no calan igual en todos los conductores. En 2015 las fuerzas de seguridad sorprendieron en la provincia a 3.042 personas por sobrepasar los límites máximos de alcohol en sangre o por ir directamente drogadas.

Al margen de la gravedad del asunto, lo cierto es que los conductores ´cazados´ comparten además un gran ingenio. La bombilla se enciende cuando llegas a esa calle sin retorno donde los agentes han instalado el control. Incluso sin haber probado una gota de alcohol ni ninguna sustancia estupefaciente, ver al policía de turno dando el alto impone y casi cuesta encontrar la documentación. Llegado el momento excusas hay muchas, pero posiblemente las más comunes son estas:

- No he bebido alcohol, sólo me he mojado los labios

- He tomado una copita durante la comida

- La cocaína despeja la mente, te mantiene despierto y se conduce mejor

- He tomado un medicamento que produce somnolencia

- Estoy deprimido, me acabo de divorciar

- No es alcohol, es el enjuague bucal

- Soy asmático y me debe haber afectado el inhalador

- Comí bombones de licor

- Tomé un solo vaso, pero soy bajito y me ha subido por eso

- (De madrugada) Bebí, pero fue al mediodía

El psiquiatra de la Unidad de Alcohología del Hospital de San Juan Bartolomé Pérez Gálvez alerta de la necesidad de prevenir el consumo de alcohol y drogas a través de la educación, al tiempo que denuncia el abandono que sufre el Plan Nacional sobre Drogas.