Iglesias y templos, centros parroquiales, rectorados, pisos, solares, cementerios, escuelas, universidades y hasta parcelas agrícolas. El patrimonio de la Iglesia en la Comunidad Valenciana suma en la actualidad 2.419 bienes inmuebles que alcanzan un valor catastral de más de 618 millones (en concreto, 618.945,21 euros), según reflejan los datos del Catastro del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. En cualquier caso, todos estos inmuebles están exentos de pagar impuestos, aunque su valor haya ido en aumento.

Durante una década, la Iglesia ha aumentado su patrimonio en la Comunidad Valenciana en 66 inmuebles (y ha aumentado el valor catastral en 238 millones, lo que supone un incremento 38,5%) aunque durante ese período ha habido dos fases: una de venta y otra de inscripción, que no de compra, ya que el término jurídico al que hace referencia la adquisición de nuevas propiedades por parte de la Iglesia es «inmatriculación». De 2006 a 2011 la Iglesia vendió 33 propiedades. De 2006 a 2007, 16; Al año siguiente hizo lo propio con 9 y al siguiente se quedó como estaba. De 2009 a 2011 la Iglesia vendió 8 propiedades más hasta dejar el patrimonio en 2.320 propiedades con un valor catastral de 487 millones de euros. A partir de ese momento, y a pesar de estar inmersos en plena crisis económica, la Iglesia empezó a sumar propiedades de la Comunidad al Catastro.

Inscribir propiedades no registradas a nombre de la Iglesia era una práctica habitual, aunque discreta, realizada en todo el territorio español desde 1946. Desde entonces, los Obispos podían emitir certificaciones de dominio como si fueran funcionarios públicos. Es decir, se permitía a la Iglesia inmatricular bienes tal y como pueden hacerlo las Administraciones Públicas. Solo se precisaba una certificación del Obispo, sin estar obligado a hacerlo público por edicto ni a pagar el impuesto de transmisión patrimonial. El Obispo daba fe de que el bien pertenecía a la Iglesia y punto. Este privilegio, además, se amplió en 1998 cuando el Gobierno -presidido por aquel entonces por José María Aznar- modificó la Ley y el Reglamento Hipotecario y suprimió el artículo 5, que impedía que pudieran hacer lo propio con edificios de culto, iglesias, catedrales o ermitas.

El privilegio se anula en 2015

Así y hasta marzo de 2015 -momento en el que el Congreso eliminó este privilegio- la Conferencia Episcopal solicitó a los arzobispados que pusieran «los bienes de la Iglesia en orden», tal y como aseguraron en su día las diócesis que registraron a su nombre la mezquita de Córdoba o la Basílica de la Virgen de Valencia. Según refleja el Catastro, desde 2011 hasta 2016, la Iglesia ha registrado como propios 99 inmuebles en la Comunidad hasta sumar un total de 2.419. El aumento de casi el 40% del valor catastral de las propiedades de la Iglesia se debe a que parte de estos inmuebles están situados en zonas céntricas o monumentales y son edificios de alto valor histórico o cultural.