«Odiamos los aparatos de aire acondicionado y los tapamos con plantas y cactus». María José Gracia y José Manuel Chueca, dueños de un edificio con cuatro alturas que tiene más de cien años, según los documentos de propiedad, en la calle Madrid, en el Raval Roig, estuvieron pensando de qué modo podían tapar los cajones del aire acondicionado y optaron por ocultarlos con vegetación tras descubrir que las lonas que venden por internet para este fin cuestan cada una 200 euros. «Lo intentamos camuflar porque no podemos prescindir del aire ya que aquí te mueres de calor en verano pero la verdad es que yo no lo habría instalado», explicaron, incidiendo en lo caro del recibo de luz.

Y es que los aparatos de aire y su inclusión como elemento a regular en el núcleo histórico tradicional en el marco del Catálogo de Protecciones de Alicante que está elaborando la Concejalía de Urbanismo ha encendido al barrio, incluido en un ámbito de protección como Bien de Relevancia Local en el perímetro comprendido entre Virgen del Socorro, San Cayetano, Lope de Vega, Jovellanos, y Virgen del Socorro.

Los vecinos se dividen entre los que están a favor para mejorar la imagen de un barrio histórico y protegido, y quienes lo ven innecesario en una zona muy calurosa al dar el sol de plano donde está enclavado, en plena fachada marítima. Antonio Ponsoda, por ejemplo, presentó en su día una alegación al Plan General para que los aires acondicionados se eliminaran por la mala imagen. Sin embargo, otros no lo ven tan necesario, como el hostelero Saúl Catalá, quien considera que sería mejor ponerlos en las azoteas «pero en algunas tampoco está permitido». También hay vecinos, como Rosa París, que no se fijan tanto y ven los aparatos como otro elemento del paisaje urbano de Alicante.

Sea como sea, Urbanismo incluye la eliminación de los aparatos de aire acondicionado, y también de los cerramientos de ático, como actuación prevista en el catálogo, con una importancia alta pero no urgente. Ante la alarma vecinal y las críticas de algunos grupos de la oposición, el tripartito se apresuró a aclarar que con este documento se pretende crear una hoja de ruta, por la cual, cuando se realicen intervenciones sobre los bienes desde ahora, progresivamente se vayan recuperando sus características perdidas u ocultas.

Según el Ayuntamiento, el procedimiento se aplicará cuando los propietarios de un inmueble de la zona de protección soliciten una intervención sobre el mismo. «Progresivamente se irán limpiando las fachadas de intervenciones polémicas, como acristalamientos de estética no unificada, cerramientos anárquicos (...), cables y conducciones en la fachada o aires acondicionados», aclaran.

Urbanismo añade que aquellos aparatos presentes en edificios o conjuntos protegidos y que no cumplan con las directrices marcadas en el Catálogo de Protecciones que no puedan ser desplazados a patios interiores o cubiertas, deberán ser integrados en la fachada de los edificios para reducir su impacto visual. Ante esta premisa, los vecinos urgen ayudas para poder hacerlo y en general para el embellecimiento estético de las fachadas.

A la pareja de zaragozanos que recurre a las plantas para camuflar los aparatos, les causa sorpresa que un barrio histórico que debía estar protegido adolezca de limpieza, y padezca obstrucción del alcantarillado cuando aumenta la población, provocando malos olores. Y que no haya ayudas, o ellos no las han encontrado, para restaurar la fachada, que les cuesta más de 6.000 euros. «Todo es mentira. Dicen que es un barrio histórico, que no se pueden tocar las casas y ahí abajo han derribado una», alertan.