Un total de 282.880 alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria, FP y Bachillerato de los centros públicos y concertados han vuelto hoy a las aulas con una serie de novedades entre interrogantes. A la puesta en marcha de la jornada continua -cuyo proceso de votaciones están adelantando ya localidades como Mutxamel e Ibi-; la imposible gratuidad de los libros de texto; y las incertidumbres que añade la reválida de Bachillerato, se suma la ola de calor que azota a la provincia y que llevó a última hora a Educación a recomendar precauciones a todos los directores de centros.

La conselleria que dirige Vicent Marzà ha atendido las reclamaciones del sindicato mayoritario, STEPV, y a través del secretario autonómico, Miguel Soler, recomienda «velar por la integridad física del alumnado y del personal de los centros», fijando en «30 grados a la sombra» el tope a partir del cual «se considera que hay riesgo para la salud».

Sofocados

Mientras la comunidad educativa se levantó contra Catalá, termómetro en mano, porque adelantó el curso al 3 de septiembre, hoy ha reinado la resignación a base de abanicos y botellas de agua en las aultas que en algunos casos superaron los 30 grados.

Educación también recomendaba que se «permita beber al alumnado» cuantas veces lo necesite; que no se salga al patio en las horas de más calor; y que incluso se «cambie el aula por otro espacio» si la temperatura lo requiere. Lo de suspender la actividad lo deja en manos de Protección Civil, a cuya jefatura deberán dirigirse los centros en su caso.

Libros y reválidas

La federación mayoritaria de padres de alumnos de la Comunidad cita, por su parte, como máximas preocupaciones de cara al inicio del curso, que Educación destine más dinero a reponer los libros de texto y que realmente sean gratuitos, pese a que desde el departamento de Marzà insisten en que «la reposición está asegurada» con los fondos de la Generalitat, y que si se pide dinero a padres en los institutos es porque «lo ha decidido el consejo escolar y respetamos su autonomía». Los centros, con todo, aseguran no haber recibido todavía el dinero.

También reclama la Confederación de padres Gonzalo Anaya, integrada por la Fapa provincial Enric Valor, «que se derogue la Lomce», porque, entre otras cosas «maltrata el valenciano y favorece los conciertos educativos».

El PP, nada de acuerdo con estas reflexiones, va a presentar iniciativas ante Las Cortes «para que se mantengan los conciertos tanto en FP como en los bachilleratos», y también pedirá «la comparecencia urgente» del conseller Marzà «para que explique el caos de este curso», en palabras de la portavoz del grupo popular en la Comunidad, Isabel Bonig.