Vengan en dos horas porque la piscina está cerrada por razones técnicas, o desalojen que hay que limpiar los vestuarios. Las frases no son textuales pero reflejan una realidad que viene repitiéndose todo el verano en la piscina descubierta del Tossal cuando los encargados de la única instalación municipal abierta en Alicante (Babel y Vía Parque están cerradas) la desalojan durante media hora con la excusa de que hay que limpiar los vestuarios. Los bañistas se cabrean, agachan la cabeza y, en su mayoría dan por acabada su jornada de baño y marcha para casa sin explicarse los motivos por la surrealista medida que vuelve a repetir las 19 horas con el mismo motivo y es que la piscina no cierra en verano hasta las 23 horas.

Fuentes autorizadas del recinto deportivo apuntaron que «este tema es general en todas las piscinas municipales, donde acude mucha gente, clubs deportivos... y es necesario hacer una batida general de limpieza, de ahí de que durante quince o veinte minutos desalojemos para llegar a todos los lugares, no solo vestuarios»

Es una más del día a día en una piscina olímpica que estas últimas horas ha vuelto a estar en el foco de los vándalos, pues ayer mismo los operarios retrasaron dos horas su apertura debido que la noche anterior unos gamberros habían saltado la valla protectora y defecado en el agua. Los servicios de mantenimiento procedieron a limpiarla en una operación que se repite periódicamente. El último episodio fue ayer, pero también pasó lo mismo el 12 y el 29 de agosto, apenas hace diez días. «Afortunadamente son hechos aislados. No sabemos bien por donde se cuelan pero por el bien de los bañistas tenemos que impedir el acceso hasta que se limpie todo bien», apuntaron las mismas fuentes.

«Llegas por la mañana a las 8 o las 9 para darte un baño y te encuentras con que en el vaso de la piscina hay mierda y sillas que los vándalos ha arrojado por la noche. Y es que no hay vigilantes y la valla que la separa de la calle por la parte del hipódromo la puede saltar cualquiera», relató ayer Luis, vecino de San Blas, habitual de la piscina al que poco a poco se le están quitando las ganas de acercarse.