El edil de Movilidad, Accesibilidad y Seguridad, Fernando Marcos, justificó ayer el nombramiento del inspector de la Policía Local Diego Maroto como jefe del Departamento Jurídico Administrativo de Seguridad y restó importancia a quienes temen que se convierta en realidad en el concejal a la sombra tras el traslado del jefe del departamento, Eduardo García Doménech, a Economía. «El concejal soy yo pero hay cuestiones en las que necesito asesoramiento jurídico y además había que crear un equipo», precisó Marcos, que defendió la designación a dedo de quien durante años ha tenido un espacio reservado para atender los asuntos del sindicato policial SPPLB en el que fue hasta finales de 2014 el bufete del alcalde, Gabriel Echávarri.

Tal y como ayer publicó este diario, el Ayuntamiento nombró en pleno agosto a Maroto como jefe del servicio jurídico aunque llevaba ya meses en la concejalía, a la que sobre el papel fue destinado como escolta pero en la que durante este tiempo ha venido ejerciendo como asesor del concejal. De hecho, hay constancia por escrito de reuniones a las que Maroto acudió estando aún destinado en la Unidad de Seguridad Corporativa pero en las que figura como «asesor técnico del concejal».

Marcos defendió también la necesidad de crear un equipo «porque no todos tenemos la misma forma de trabajar» y, aunque admitió que Maroto tiene detractores, apuntó que también cuenta con apoyos.

Sobre el traslado de Doménech a Economía, lo que elimina el único superior al que Maroto habría tenido que rendir cuentas, además de al concejal, Marcos lo calificó de «ajuste». Un cambio que deja al edil sin ningún apoyo técnico entre él y sus cinco jefes de servicio: Policía Local, Bomberos, Protección Civil, Tráfico y el Jurídico.

Sobre la disfunción que el fin de semana pasado se produjo en el turno de noche de la Policía Local al concentrar a todos los efectivos en el Barrio, lo que provocó que en los dos días se quedaran unas 60 llamadas por atender, Marcos aseguró que, en contra de lo que está circulando, no fue Maroto el padre de la idea sino un policía que prefirió no identificar.