La pesadilla comienza, lentamente, a desaparecer, aunque aún los efectivos de los parques de bomberos de la provincia desplazados al lugar de los incendios tendrán que permanecer atentos y mucho. Lo cierto y verdad es que las llamas que han preocupado desde el pasado domingo comienzan lentamente a desaparecer, algo para lo que ha tenido mucha culpa el cambio de la climatología, según reconocía ayer el delegado del Gobierno en la Comunidad Valencia, Juan Carlos Moragues en una nueva comparecencia para explicar cuál era la situación.

Durante la noche del martes al miércoles, cuando aparecieron nuevos focos en otros puntos de La Marina, los bomberos, que se temían lo peor, se encontraron con un aliado inesperado: el descenso de las temperaturas durante esas horas y, consecuentemente, un aumento de la humedad, que ayudó a poder comenzar controlar en el menor tiempo posible el avance de las llamas que han devorado durante estos días algo más de 1.400 hectáreas, principalmente de monte, en algunos de los parajes más bellos del norte de la provincia de Alicante, especialmente en Granadella, que es santo y seña del turismo en Xàbia.

Pero además también se han perdido importantes masas en Bolulla, Tárbena o Callosa d'Ensarriá, que ya ha sido perimetrado y estabilizado. A última hora de la tarde de ayer se esperaba que durante la jornada de hoy se de prácticamente por extinguido. aunque sigue existiendo preocupación. En cualquier caso, hoy quiere comenzar a notificarse el final de los incendios y de todas las tareas para garantizar que no se produzca un rebrote.

Pendiente

En otro orden de cosas, un vertedero que da servicio a los municipios de Gata de Gorgos y Benissa era uno de los últimos «refugios» del fuego y por desgracia estará ardiendo durante los próximos días, aunque se considera que es un fuego más que controlado. En este caso se desconoce también cuál pudo ser el origen del fuego, aunque todo apunta a un descuido.