Mientras Finlandia, el país mejor situado a nivel educativo, da una vuelta de tuerca a su sistema de enseñanza apostando por relegar los libros de texto a un segundo plano para incidir en una enseñanza más personalizada, en la Comunidad Valenciana se estrena el curso de la generalización de los libros de texto gratuitos.

Por primera vez las clases arrancan el mismo día para todos los niveles educativos. Alrededor de 280.000 estudiantes desde Infantil hasta Bachillerato y FP, de centros públicos y concertados en la provincia, deberán estar en sus centros a las 9 de la mañana del próximo jueves. Lo que no es seguro es que todos dispongan de sus libros gratuitos, como se ha propuesto el Consell.

Cerca de 40 centros concertados se han negado a colaborar y obligan a miles de familias a comprar los textos, aunque devolvieron los del curso anterior. Tampoco el resto de centros tiene cubiertas las reposiciones que faltan. El éxito del programa dependerá de la paciencia de las familias, porque hasta los sectores que más alaban la medida recelan de su precipitación.

Y no es el único escollo que se percibe de cara a un inicio de curso en el que faltan un millar de vacantes docentes por adjudicar, así como todas las becas de comedor y transporte, y los bonos para niños de 0 a 3 años.

El propio conseller, Vicente Marzà, se ha disculpado ante las familias por el retraso en resolver unas ayudas que achaca a «tropiezos burocráticos». De hecho, hasta mañana lunes había plazo para solicitar la beca. Para parar el golpe se ha decidido publicar una lista provisional de admitidos antes del jueves tanto para comedores como para autobuses.

En el sector de Infantil, los 9 millones de euros que se adeuda a las escuelas privadas homologadas desde el curso anterior no contribuyen a serenar unos ánimos alterados por la tardanza del bono.

Revolución

Con ser novedoso el programa XarxaLlibres, la mayor revolución de este curso se llama jornada continua, especialmente para la provincia de Alicante que aglutina el 84% de todos los proyectos autorizados en la Comunidad.

Educación ha abierto la posibilidad de cambiar el horario lectivo para que los niños vayan a clase de 9:00 a 14:00 horas, y hasta las 17:00 horas extraescolares gratuitas si se desea.

De los 380 colegios públicos de la provincia, 257 ya lo tienen autorizado, pero está pendiente de que el 55% de todo el censo de familias de cada uno de estos centros vote afirmativamente el próximo día 15 de septiembre.

Es la mayor de las incógnitas de un curso en el que Educación se enfrenta a un rosario de recursos interpuestos por la enseñanza concertada, y que, entre otras cuestiones, ha pedido que se paralice este tipo de jornada escolar porque la orden que la faculta «discrimina y no se ajusta a los derechos democráticos».

Tampoco la ampliación de aulas de niños de dos años en los centros públicos convence a un sector -privado- que empieza a percibir una pérdida de alumnos por concretar.

En pie de guerra

Al pleito contra la jornada continua se suma la reclamación para que se recupere el distrito único en la admisión de alumnos; la demanda contra las becas universitarias que dejan fuera a los centros privados -orden que ha dejado en suspenso el TSJ-; y la de las prácticas de estudiantes de la privada en la Sanidad pública.

El sector de la enseñanza concertada empieza el curso de uñas ante otra advertencia de Marzà: no habrá conciertos si existen suficientes plazas públicas. Toca renovar las subvenciones en Bachillerato y están en la cuerda floja.

Para cerrar el círculo de las incógnitas, las nuevas reválidas de ESO y Bachillerato que marca la Lomce penden del hilo del nuevo gobierno central, por constituirse.