El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, transmitió ayer su «enorme dolor» por el incendio que ha asolado parte de Xàbia y Benitatxell y que ha dañado al paraje protegido de La Granadella, «una auténtica joya», dijo.

El ministro acudió al puesto de mando avanzado del incendio tras llegar a España después de una visita oficial a Roma, donde ha acompañado a la Reina a la canonización de la Madre Teresa de Calcula. En el puesto de mando, ha estado acompañado del delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, o el presidente de la Diputación, César Sánchez, la consellera Cebrián, y los alcaldes de Xábia, José Chulvi, y Benitatxell, Josep Femenia, entre otros.

Margallo ofreció la máxima colaboración del Ejecutivo y se felicitó del buen trabajo de la Guardia Civil, de los dispositivos aéreos y terrestres del Ministerio de Agricultura y de la labor de los 222 soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El ministro hizo hincapié en las muestras de solidaridad con los afectados y puso como ejemplo que se habían interrumpido las tradicionales fiestas de Loreto para dar la comida y bebida a los desalojados en un ejercicio de «solidaridad humana. Ahora el problema está en Bolulla», concluyó el titular de Exteriores.