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Alicante tiene 251 urbanizaciones en suelo forestal de alto riesgo

La mitad de las viviendas amenazadas se edificaron en las décadas de los años 80 y 90 y se encuentran inmersas en pinadas o a menos de 500 metros de las mismas

En la costa de las Marinas Alta y Baixa existen cientos de viviendas unifamilares, bien diseminadas o en urbanizaciones que ocupan terrenos forestales y, por tanto, zonas de riesgo. A. P. F.

La provincia de Alicante acoge el 43% de las áreas urbanizadas de la Comunidad Valenciana (urbanizaciones y viviendas diseminadas) construidas en el denominado interfaz urbano-forestal, y que tienen un fuerte riesgo de sufrir un incendio. Se trata de 251 áreas urbanizadas ubicadas a menos de 500 metros, colindantes, o enclavadas directamente en terrenos forestales.

En el conjunto de la Comunidad Valenciana existen 1.165 zonas que invaden la masa forestal. De éstas, 583 presentan un riesgo muy alto de incendio, 607 riesgo medio y 78 bajo. La sequía, la desaparición del pastoreo tradicional y actividades como el corte de leña, y abandono de los cultivos de secano son factores que han llenado el monte de biomasa muy combustible y que representa una gran amenaza.

El plan de prevención de incendios forestales tiene repartido el territorio en tres grandes demarcaciones geográficas. Alcoy, que coge toda la Montaña, parte del Vinalopó y un trozo del interior de las Marinas Altas y Baja; Altea que abarca desde Dénia hasta Alicante y Crevillent, que agrupa todo el Baix Vinalopó, Vega Baja y parte de los municipios del Medio Vinalopó.

La demarcación de Altea, la zona más vulnerable de la provincia, comprende las comarcas de las Marinas Alta y Baja y l`Alacantí con una densidad muy alta de 404 habitantes por kilómetro. Sesenta municipios que se distribuyen sobre una superficie de 199.238 hectáreas de las que 103.874 corresponden a terreno forestal. El resto se reparte entre terreno urbano y agrícola. En esta demarcación la Generalitat tiene localizadas 237 urbanizaciones con riesgo alto de ser afectadas por un incendio forestal de un total de 438. O sea, más de la mitad se construyeron a menos de 500 metros de una masa forestal.

La segunda zona más amenazada es la denominada Alcoi, que está compuesta por las comarcas del Alto Vinalopó, Medio Vinalopó y El Comtat, más el municipio de Vall d`Alcalá, de la Marina Alta. Cuarenta municipios con una población de 191.821 habitantes sólo en las localidades de Alcoi, Ibi y Villena, donde se concentra el 62% de la población. La superficie forestal representa casi la mitad el total con 77.575 hectáreas (49%). Nueve son las urbanizaciones donde se concentra el mayor riesgo de un total de 36 áreas urbanizadas.

La tercera y última demarcación, Crevillent, cuenta con una superficie forestal de 64.467 hectáreas sobre un total de 225.000 ha. Engloba las comarcas del Medio Vinalopó, Vega Baja y Baix Vinalopó, donde existen parques naturales (Hondo, La Mata y las Salinas de Santa Pola) que cuentan con sus planes de protección. No es una zona de gran riesgo, ya que de las 48 áreas urbanizadas, solo cinco están consideradas de riesgo alto de incendio.

La propia orografía de las zonas afectadas, unida a la falta de mantenimiento, la sequía y una deficiente política de ordenación del territorio han hecho que en esa zona convivan pequeños pueblos más protegidos pero con urbanizaciones diseminadas y construidas, en general, en laderas buscando las mejores vistas, el paisaje pero, en general, mal ubicadas y de difícil acceso cuando se produce un incendio.

El desarrollo del territorio con un modelo forestal erróneo con grandes superficies de bosque repleto de pinos (ausencia de bosques mixtos), con unos veranos muy secos y largos y un modelo urbanístico que ha primado urbanizaciones diseminadas que, además, con cumplen con la Ley de Montes y no disponen de planes de autoprotección como denuncia el Colegio de Técnicos Forestales y ecologistas, disparan el riesgo. La sequía, la desaparición del pastoreo tradicional y actividades como el corte de leña, y abandono de los cultivos de secano son factores que han llenado el monte de biomasa.

Según Adena, en la Comunidad Valenciana existen extensas superficies arboladas homogéneas, en las que predomina una única especie inflamable -como pinos-, con mucha biomasa muerta que actúa como combustible para los incendios. Más del 80% de los grandes incendios se inicia en masas forestales muy alteradas, alejadas de lo que es un bosque «natural».

En cuanto al origen de los incendios, el 36% son provocados por pirómanos, un 21,5% producto de quemas agrícolas y un 10,7% por otras negligencias. A partir de ahí los porcentajes bajan significativamente. Colillas mal apagadas producen el 6% de los fuegos, los rayos el 4%, las líneas eléctricas el 3,4%, los trabajos forestales un 3,4% y las hogueras un 1,9% de los incendios, según datos de la Generalitat.

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