Aunque el alcance del incendio en Xàbia todavía es difícil de calcular, dado que el fuego ayer seguía arrasando monte sin control, este desastre medioambiental puede situarse ya entre los incendios más importantes registrados en la provincia en los últimos años, tanto por la superficie quemada y daño medioambiental como por los más de mil desalojos y las viviendas quemadas.
El fuego vuelve a castigar así a la provincia, que en el verano de 2012 registró el más trágico de los incendios hasta ahora. Fue en la Torre de les Maçanes, donde se quemaron 600 hectáreas y fallecieron dos personas que participaban en las labores de extinción. Ese mismo año ardieron 573 hectáreas en la zona de Serelles, en el parque natural de Mariola. Dos años después, en 2014, un incendio en el Montgó obligó a desalojar a más de mil vecinos y quemó 440 hectáreas. El año pasado ardieron otras 1.700 hectáreas en la Vall d'Ebo y Pego. Este último fue calificado como el mayor registrado el año pasado en España y, por su superficie calcinada, se considera el peor de los últimos 20 años en la provincia de Alicante.
Estas zonas devastadas por el fuego se recuperan muy lentamente y la sequía no ayuda. Según los expertos, pueden pasar décadas para que recuperen su aspecto y en algunos casos el daño causado por el fuego resulta irreparable. De ahí que desde colectivos como Ecologistas en Acción reclamen más medidas preventivas a las administraciones públicas. El coordinador de esta agrupación en la Comunidad Valenciana, Carlos Arribas, considera que «los montes, en general, están abandonados y no se realiza un mantenimiento».
Al respecto, Arribas lamenta la falta de actuaciones «para retirar ramas secas y árboles enfermos» y de mantenimiento de muchos caminos. Algo que, explica, en caso de incendio «puede dificultar la llegada hasta él por parte de los equipos de extinción». En cuanto a los cortafuegos, Arribas considera que «en grandes incendios no son eficientes» y que, por tanto, «no son la solución». Sin embargo, reclama que «los que hay, se mantengan». Promover «la agricultura de montaña» sería, según Arribas, otra de las cuestiones que podría ayudar porque «las discontinuidades en el terreno» pueden evitar que los incendios progresen.
Desde la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente señalan que en el ámbito de la prevención «se ha actuado en materia de vigilancia» con un total de 122 trabajadores apoyados por 1.700 voluntarios en la provincia de Alicante. Señalan que también «se ha incidido en la información para las quemas agrícolas», estableciendo un plan exhaustivo para controlaras y «se ha trabajado en materia de sensibilización a la sociedad a través de suministrar información». Además, existe la Mesa Forestal «en la que está representado todo el sector, de donde emanan las nuevas estrategias de prevención».
