Allí donde el fuego puso en vilo a miles de personas durante toda la noche del sábado y la jornada de ayer, entre el paraje boscoso que abraza al mar, se encuentra la cala de la Granadella, elegida durante dos años consecutivos (2012 y 2013) la mejor playa de España.

Para el biólogo municipal de Xàbia, Ignasi Pastor, el incendio ha arrasado «el último espacio grande y amplio donde se puede apreciar el bosque mediterráneo, que ocupaba el litoral valenciano». «El fuego afecta a un conjunto de áreas y la pérdida es enorme. Estamos ante los acantilados más altos de la Comunitat Valenciana con un ecosistema que, en su conjunto, es único», aseguró ayer el biólogo de Xàbia, que se encontraba junto a las llamas y no se atrevía aún a valorar la pérdida ya que el fuego continuaba avanzando.

La cala de grava de este rincón de Xàbia suele hacer las delicias de miles de turistas cada verano. Sus apenas 160 metros de longitud y 10 metros de ancho se llenan de gente de todas las edades que pretenden disfrutar de las aguas limpias y transparentes de la zona.

La Granadella, además, es muy apreciada por los amantes del buceo ya que reúne las características básicas para iniciarse en este deporte puesto que el mar suele estar en calma. En esta cala se observan peces de colores como el tordo, aunque los clubes de buceo destacan que se puede ver prácticamente cualquier especie de la fauna marina del mar Mediterráneo.

Uno de los principales problemas que tiene el enclave es el acceso. Al encontrarse en un punto aislado por el entorno que ofrecen el bosque y la montaña que la resguardan, los coches de los veraneantes abarrotan el lugar durante el estío, con graves problemas de aparcamiento.

No obstante, la vía por la que se llega hasta la cala Granadella está custodiada por varias viviendas que, originalmente, pertenecían a los antiguos pescadores de la región. El paso del tiempo ha provocado que ahora en su mayoría sean vendidas o alquiladas para períodos vacacionales.

Sin embargo, la tranquilidad que buscan los que habitan estas casas se vio completamente alterada este fin de semana. Las llamas pusieron fin a esta serenidad. El paisaje idílico que rodeaba a la que recientemente fue considerada la mejor playa de España tardará décadas en recuperarse.