La patrulla de la Policía Local destinada en exclusiva a perseguir los incumplimientos de la ordenanza de limpieza sancionó ayer primer día del refuerzo de la vigilancia anunciada por la Concejalía de Seguridad a más de una decena de ciudadanos en diferentes puntos de la ciudad, mayoritariamente por sacar la basura a deshoras. La medida, no obstante, no impidió que las bolsas de basura volvieran a verse en rincones de la vía pública a plena luz del día y que muchos de los contenedores estuvieran llenos de residuos cuando apenas eran las diez de la mañana.

Así, aunque en las calles del Casco Antiguo ayer se observaba que se había producido un baldeo y sobre la tapa de los contenedores de varios puntos cerrada en algunos casos, a diferencia de otros días había restos de agua, el interior de los mismos seguía sucio y repleto de bolsas de basura y podía verse suciedad en puntos de la vía pública.

Los contenedores de la calle Miguel Soler, un punto crítico por la suciedad y las ratas ubicado a espaldas de la Concatedral de San Nicolás, seguían en su misma ubicación, a pesar de que un día antes los responsables municipales de Limpieza y Sanidad anunciaron que los reubicarían. A diferencia de otros días, estaban de costado y cerrados, pero en su interior estaban sucios y llenos de basura desde primera hora de la mañana.Unos metros más arriba, en la confluencia entre las calles San Nicolás y Sant Pascual, se acumulaban bolsas de basura en un parterre. En otra de las esquinas del Casco Antiguo, entre Virgen de Belén y Santos Médicos, los contenedores estaban abiertos, llenos de bolsas de basura y malolientes. La situación evidencia que son muchas las personas que sacan la basura a deshoras y que las medidas siguen siendo insuficientes. De hecho, este diario pudo comprobar cómo varios ciudadanos tiraron bolsas de basura entre las diez y las doce de la mañana.

Ni desde la Concejalía de Limpieza ni desde la concesionaria del servicio quisieron concretar, a preguntas de este diario, si ayer se llevó a cabo alguna actuación extraordinaria en materia de limpieza en estas zona o en el resto de barrios a parte de las detectadas por este diario. Mientras, desde el área de Sanidad se limitaron a asegurar que, en el caso de la calle Miguel Soler, se ha requerido al dueño del inmueble donde la empresa de control de plagas ha detectado un foco de roedores a desratizar en diez días. De lo contrario, será el Ayuntamiento quien lo asuma y después pase la factura al dueño. Ayer, la edil de Sanidad, Sonia Tirado, se reunió con responsables de la empresa que tiene adjudicado el control de plagas en la comarca (Lokímica) para concretar el acuerdo de reforzar la desratización en todo el Casco Antiguo. La mercantil ya ha comenzado a hacer ese trabajo desde principio de la semana, actuando tanto en solares públicos como privados a los que se tenga acceso y realizando revisiones para comprobar que los tratamientos contra las ratas dan resultado. En el caso de la zona de Benalúa Sur, la desratización se hará, previsiblemente, mañana.

Los dos agentes de la Policía Local destinados, en exclusiva, a vigilar los incumplimientos de la ordenanza de limpieza, patrullaron mañana y tarde por el centro, Casco Antiguo, los barrios y la zona de playas, imponiendo, según fuentes municipales, más de una decena de multas (pueden ir de los 50 a los 200 euros). Una cantidad que podría ser superior teniendo en cuenta que, como recuerda el edil de Seguridad, Fernando Marcos, se ha dado orden expresa a todos los agentes de que persigan estas infracciones. Marcos agregó que, además, durante los fines de semana se va a reforzar la presencia de la Policía Local en el Casco Antiguo con un dispositivo especial de ocho agentes y un inspector para «mejorar la imagen y convivencia». Esto es, para «atajar conductas incívicas, como orines en la vía pública o incumplimiento de las reglas de funcionamiento de algunos locales», como los horarios, y para «atajar la venta y el consumo de alcohol en menores», según el concejal.