Carlos Pro Rodríguez, quien fuera un torrente de vitalidad, hombre polifacético y, como gustaba de definirse, «superviviente» de las innumerables trampas que la muerte le había ido sembrando a lo largo de su vida, ha muerto a los 73 años en Alicante.

Gallego de origen, toda su inmensa actividad ha estado ligada a Alicante desde que con 19 años salió de un sanatorio antituberculoso tras haber quedado huérfano tres años antes: empresario, presidente de Unicef en Alicante, director de la Fundación Alió, director y entrevistador televisivo, delegado artístico de Hogueras, consejero de la extinta CAM y, ya en sus últimos años, volcado en lo que era su íntima pasión desde la infancia, la fotografía, faceta que le llevaba de ciudad en ciudad y de país en país y en la que había logrado triunfar en redes sociales. No en vano, la entrevista con él que se ha convertido en postrera se publicó en INFORMACIÓN el 8 de noviembre de 2015 y abordaba esta vocación que sólo conocían sus más allegados.

Últimamente se hallaba también inmerso en la redacción de sus memorias, cuya tercera parte reflejaba su trayectoria desde 1993, cuando cumple 50 años, hasta la actualidad, un periodo en el que tiene oportunidad de conocer a los más destacados personajes alicantinos, a los que estaba rememorando «sin tapujos» en un momento de su vida en el que, proclamaba, «me siento libre».

La capilla ardiente permanece abierta para los más íntimos este lunes 29 de agosto en el Tanatorio Santa Faz de Sant Joan d'Alacant de 17 a 22 horas.