La oficina de objetos perdidos de Alicante es una pequeña dependencia municipal, capaz de albergar grandes historias, entre los 4.000 objetos registrados, que esperan volver con sus dueños. Pasaportes, carnets de identidad, gafas graduadas y de sol, llaves del coche, llaves de casa, teléfonos móviles, libros, cascos de moto, botas de fútbol, balones de reglamento, unas muletas, un trombón y hasta un jamón. Todos los enseres tienen su hueco en este centro de peregrinaje para muchos ciudadanos despistados, o víctimas de robos. Al frente de la Oficina, el agente Valverde, el policía local más veterano de la ciudad, con 42 años de servicio a sus espaldas. Él realiza un trabajo minucioso registrando cada objeto: «la intención es que cualquiera pueda consultar la web y encontrar ese artículo o documento extraviado o robado, y después tirado en la calle».

Los objetos pueden permanecer en la oficina un máximo de dos años, como marca la ley. Cuando es posible la identificación de sus propietarios, la policía local se los envía por correo, o si son demasiado pesados les avisan por teléfono para que pasen a recogerlos. En caso de que nadie los reclame, o no encuentren a sus propietarios, «donamos los artículos que todavía son útiles, por ejemplo las gafas, la ropa, o los libros en diferentes idiomas, que mandamos a una biblioteca cercana», explica el agente responsable.

Durante los catorce años que José Vicente Valverde ha pasado entre estas paredes, rodeado de enseres de desconocidos, ha visto y oído «de todo». Entre las anécdotas difíciles de olvidar, «cuando nos trajeron una lápida, que tuvimos en la oficina años, sin que nadie reclamara. O aquella vez que un taxista nos acercó un jamón y una botella de aceite de cinco litros que alguien había olvidado en su coche». Valverde recuerda, emocionado, «lo contentos que recibieron en la Despensa Solidaria el jamón, la de bocadillos que van a salir de aquí, dijeron». Valverde recuerda también satisfecho, el día que llegó una bolsa de deporte repleta de fotografías de la segunda Guerra Mundial, «eran de un piloto, unas 200 fotografías en aviones, pero ninguna pista del dueño. Estuve repasándolas una por una, hasta que descubrí un nombre, investigué y localicé a un vecino de Alicante con el mismo apellido y resultó ser su sobrino».

La finalidad del departamento, destaca el agente responsable, es «devolver rápidamente los objetos y la documentación a sus dueños, tenemos que ser eficaces para evitarles preocupaciones y gastos, porque hay que pagar unas tasas, por ejemplo, si renuevas el DNI». En este sentido, desde la Policía Local aconsejan que, cuando alguien encuentre un objeto o documento perdido lo entregue lo antes posible a cualquier agente, «también pueden depositarlo en los buzones de correos, porque lo enviarán a nuestra oficina».

Entre los próximos retos del agente Valverde y sus compañeros, encontrar al dueño de una pelota de reglamento perdida en los aledaños del Rico Pérez, varios pares de zapatos de fiesta de señora, una bolsa de palos de golf y juegos de llaves. Así hasta 4.000 objetos extraviados sólo desde principios de año en Alicante. Todos buscan dueño. Sólo un aviso a navegantes, absténganse «espabilados».